sábado, 11 de febrero de 2012

ROSA MALAVE

Rosa de Rivas
Voladores de Papagayo, 1988
Creyón de cera sobre papel de fotografía
25 x 20 cm
Porlamar, Estado Nueva Esparta
Colección Manuel Bas

El Legado de Rosa Malavé

La vida de Rosa Malavé fue fugaz, efímera; su carrera artística, naturalmente, muy breve, duró poco más de una década. Sin embargo, su trabajo perdurará en el tiempo como un legado que dejó para las artes visuales de Venezuela. La obra de Rosa Malavé es la más prístina que artista popular neoespartana haya pintado. Aun respira frescura, vitalidad y vigencia.
Rosa Eugenia Malavé Castillo, nació el 27 de mayo de 1947 en el Hospital “Dr. Luis Ortega”, en Porlamar, estado Nueva Esparta, Venezuela, hija de José Rafael Malavé e Inés castillo, quienes procrearon cuatro hijas: Kendy, Lucia, Milexi y Rosa, la mayor de las hermanas. Cursó estudios de primaria en el Grupo Escolar “Zulia” y la secundaria en el Liceo “Nueva Esparta”, de la ciudad donde había nacido. Fue maestra de cuarto, quinto, sexto y Directora de la Escuela “Las Isletas” situada en un pueblito de pescadores, del mismo nombre, ubicado en la parte oriental de Margarita, municipio “José María García”. Fue educadora por vocación y convicción, integra, con una personalidad espontánea, tratable, de fácil amistad. Escribió cuentos infantiles y poesía, en sus ratos libres.
Contrajo matrimonio con César Rivas (escultor), un caraqueño de padres margariteños, que por razones de la vida, vuelve a Margarita, donde se residencia definitivamente, con quien tuvo dos hijos: César Augusto Rivas Malavé y César Ricardo Rivas Malavé, este último, también, al igual que sus padres se dedica a la actividad artística. Rosa Malavé siempre tuvo el apoyo incondicional de su esposo en los menesteres artísticos. A finales de los años setenta, contrae una hepatitis de difícil diagnóstico que se agrava y la va a padecer por largos trece años, por esta época comienza su actividad artística, de manera autodidacta; aunque desde niña le gustaba la pintura. Acude a la pintura para olvidar un poco la pena y el dolor que le producía la enfermedad, lo que resultó ser como un bálsamo.
Rosa Malavé de Rivas, es uno de esos casos de la vida y la Historia de la Pintura, en que las situaciones adversas, paradójicamente, sirven de impulso, de ascenso del espíritu humano y su tragedia se transmuta en un legado para la humanidad. No dejó una cuantiosa producción artística por dos razones: por el corto tiempo que dedicó a la pintura y por motivo de su enfermedad, que en alguna medida condicionó su creación. Esta situación de postración no desalentó su vida ni su actividad creativa para dejarnos como herencia cultural, una obra atildada que solo una creadora con su ingenio ingente, a pesar de sus quebrantos, pudo mantener una actitud eucrática, entereza y disposición para pintar.
La artista trabajó su obra en pequeño formato, empleando como soportes: cartón y papel con la técnica pastel y creyones de cera, en parte por su situación de salud. Con estos últimos, desarrolló un curioso método, que consistía en la utilización de los creyones que frotaba sobre el papel y al propio tiempo calentaba con su secador de pelo, lo que le permitía una distribución del color más uniforme y una textura mas suavizada de su pintura.
La creadora pintó temas costumbristas y tradicionales de Margarita; diversiones como el carite, el avioncito, paisajes y naturalmente, como devota de la “Patrona de Oriente”, a la Virgen del Valle. Lamentablemente, muere cuando su trabajo estaba en ascenso, pero aun así gozó del reconocimiento de la crítica. Su obra fue exhibida en el salón de Arte Fondene, Salón Regional Museo de Arte Contemporáneo “Francisco Narváez” y IIII Colectiva Día Nacional del Artista Plástico, Galería Popular Neoespartana, en Nueva Esparta.
En 1990, su salud se ve muy quebrantada. Deja de pintar. El 10 de abril, muere en el Centro Clínico “Margarita”, en la misma ciudad de nacimiento. Sus trece años de enfermedad, paradójicamente, fueron también de actividad  fecunda en el campo de la pintura. Rosa Malavé fue ejemplo de valentía, perseverancia y estoicismo. Su existencia fue un preludio prematuro, de su grandeza como pintora, que fue su obra gran legado para los margariteños.


Los Teques, 10 de Febrero de 2012

Manuel Bas. Profesor Agregado. Universidad Simón Rodríguez

3 comentarios:

  1. Muchísimas Gracias Prof. Bas en nombre de mi familia y el mio propio... Me siento muy orgulloso de mi tía , luego de 22 años de su ausencia física, todavía sigue presente en el arte, la pintura y la calidad de persona tan humana, espiritual y solidaria, como dice su nombre: Rosa.. una flor que siempre estará fresca y presente en nuestra memoria y corazones.... Saludos y que continúe los éxitos...

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  2. Que orgullo para mi y para toda la familia Malave, que nuestra tía Rosa este presente en el arte actualmente y mas aún que sea reconocido su gran carisma no solo como artísta sino como persona, de verdad yo que soy la menor, tengo hermosos recuerdos, gestos y vivencias de ella, pues tenia un nivel espiritual UNICO y una gran fortaleza que la caraterizaba, muchas gracias Profesor por sus bellas palabras. TIA ESTAS PRESENTE EN NUESTROS CORAZONES.

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  3. A pesar de que su vida fue tan fugaz y efímera , tal y como lo señala el Profesor Blas, aún continúa vigente su arte, la esencia del mismo; el cual es impulso para las próximas generaciones , una vez más puedo agregar que con constancia y tenacidad se puede alcanzar muchas metas en la vida, mientras haya vida, todo se puede lograr y alcanzar los sueños... Rosa Malavé de Rivas es un digno ejemplo a seguir...Continuemos con su labor.-

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