domingo, 17 de abril de 2016

AMÉRICA NEGADA




AMÉRICA NEGADA

(Reflexión sobre la problemática referente a las raíces originarias de América Latina y el Caribe surgidas a raíz del Descubrimiento)

                                                                                                                                                            Manuel Bas*
                                                                                                              manuel.bas@hotmail.com

     “Así, podemos llamarlos bárbaros con respecto a nuestras reglas de la razón, pero no con respecto a nosotros que lo rebasamos  en toda especie de barbarie”. (Montaigne, 1580 tr. 1967. Ensayos. De los Caníbales p. 208)

     “Fue con y a partir del circuito comercial del Atlántico cuando la esclavitud se convirtió en sinónimo de negritud”. (Walter Mignolo en Lander, 2000, p.39).

Resumen

En este ensayo, fundamentado en fuentes documentales, se aborda la problemática referente a las raíces originarias de América Latina y el Caribe surgidas a raíz del descubrimiento, conquista y colonización, y el modelo político hegemónico impuesto por Corona de España, y  la Iglesia Católica a través de la evangelización, en la que los pueblos de esta región pasaron a ser subalternos, mediante un proceso violento que exterminaron física y culturalmente a los amerindios. Se revisa la esclavitud y la encomienda, impulsada por la burocracia de los gobiernos de Europa, so pretexto de considerarlos bárbaros e incivilizados, a pueblos de milenaria cultura, que se ubican en los tiempos del mundo antiguo, no solo temporalmente, sino en logros en todos los campos de la vida humana. Se estudia los problemas de discriminación que no terminaron con la Guerra de Independencia, de sus entrañas surgieron las guerras civiles y la anarquía que pobló el XIX. El siglo XX y lo que va del XXI son el mejor ejemplo de que la expulsión de la tiranía europea no garantizó la justicia y la equidad en América Latina y el Caribe.

Palabras claves: Diversidad, Raza, Etnia, Negación del Otro, Dominación, América Latina y el Caribe.

Introducción

      América Negada es un ensayo donde se reflexiona, apoyado en documentación histórica e investigaciones relacionadas con las raíces originarias de América Latina y el Caribe, sobre la problemática surgidas en la región a raíz del Descubrimiento de América en 1492. Cabe aclarar de entrada, las diferencias existentes entre raíces originarias de América y las raíces originarias  de  lo que es  hoy América  Latina y  el  Caribe.  La  primera,  alude a  los  pueblos autóctonos de la región antes de la llegada de Cristóbal Colón, con sus usos, costumbres, modos de vida y su cultura en general; mientras que la segunda, se refiere a la resultante del contacto, intercambio  y el proceso de mestizaje e hibridación entre los nativos, con los europeos y africanos llegados a esta latitud, en la empresa de expansión de Europa. Sumados además la inmigración europea como consecuencia de la primera y segunda guerra mundial.

     Además de lo ya señalado, el centro de gravedad de la disertación va a ser problematizar   lo relacionado con la invasión europea en tierras de lo que más tarde va a ser América, articulada a través del proceso de descubrimiento, conquista y colonización, en la que el imperio  español, en principio, luego Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda se sirvieron de un modelo ideológico hegemónico consistente en la imposición de aspectos   económico, político, social, jurídico y cultural, que subyugó a la población nativa negándoles  sus  derechos; amparados en legislaciones que los calificaba de inferiores, bárbaros, incivilizados, por tanto tenían el derecho de someterlos bajo su yugo. A esta empresa se unió la Iglesia Católica con la evangelización. La Conquista se logró a través de un largo proceso de lucha armada, violaciones de todo género que exterminó un grupo considerables de nativos  y su cultura. Sobre este proceso dinámico, inicuo, sin par en la historia del mundo, para explicarlo, aparecen dos tesis antagónicas: la leyenda  negra, que veía solo maldad en la acción de los conquistadores y de sus descendientes americanos (Fray Bartolomé de Las Casas), y la leyenda dorada, que abogaba por la bondad del conquistador y los colonos castellanos y sus descendientes criollos (Juan Ginés de Sepúlveda), dos posiciones extremas, que con su intento explicativo, lejos de aclarar la situación, caen ambas en una posición dogmática, reduccionista y unilateral que no aclara la situación. Lo importante aquí es buscar puntos de encuentros explicativos que contribuyan arrojar luces sobre  el problema.

     Naturalmente, el pensamiento político-religioso hegemónico europeo, creó su propia lógica explicativa que justificara el derecho que se abrogaban de ocupar estas tierras, someter bajo su dominio a sus pobladores, para ello se sirvieron de la pluma escribiendo reales cédulas y bulas papales con artificios leguleyos y filosóficos que solo favorecían a los poderes monárquico y eclesiástico. Este fue un proceso cruel, inhumano, perverso, avasallante, que costó la vida de un número considerable de indígenas, y que destruyó casi en su totalidad su panteón cultural y religioso. Su fin era obvio, subalternizarlos, convertirlos en sus vasallos, situación que estuvo vigente durante tres largos siglos de abuso, que tuvo el respaldo los doctos de la Iglesia y los Letrados de la Universidad de Salamanca, quienes esgrimieron los más absurdos adjetivos: bárbaro, caníbal, hereje, incivilizado, diabólico; un tanto así, con la población negra que van a venir a la América en condición de esclavos.

     En ello influyó el imaginario del europeo que sirvió de tinta para escribir una nueva realidad sobre una ya existente, una nueva mitología sobre una mitología que ya tenía el indio americano, los europeos creen encontrar en América el paraíso terrenal bíblico , las amazonas, la lejana isla de Cipango (Japón) que narra Marco Polo en el “Libro de las Maravillas”. No está de más recordar,  además de lo señalado, que Europa tiene una tradición belicista desde la antigüedad, de ocupación en su mismo suelo y en sus  confines. Pensemos por ejemplo en las guerras médicas, púnicas, Peloponeso, y naturalmente la expansión helenística protagonizada por Alejandro Magno y la de las guerras imperiales romana y las invasiones bárbaras. Por ello, es casi natural para un europeo una actividad de esta naturaleza, aunque injusta, ese era el orden de aquel entonces y del siglo XVI.

     Trescientos años de dominación, de abusos, de subalternalidad, de invisibilización, en una sociedad tan contradictoria como lo fue la sociedad colonial, surge la guerra de independencia en un tinglado de grupos de intereses lo que explicaría, que no fue muy atractiva en principio, lo que naturalmente influyó en las derrotas de las primera y segunda República, que haciendo un balance, la gesta emancipadora no cumplió a cabalidad con su acometido como veremos más adelante. Mucho de los problemas que movilizó la revolución hispana aún siguieron presentes a lo largo del siglo XIX, XX y del XXI, tales como la negación del otro, la discriminación racial y social, por ello, el debate debe centrarse en los temas de la alteridad, la otredad y la diversidad; en este contexto surge la propuesta decolonial de Aníbal Quijano y Walter Mignolo para dejar de  lado definitivamente los mitos de la universalidad y  subalternalidad para pasar a un proceso de liberación. Es anacrónico pensar hoy la América Latina, sin considerar que somos el  producto de un largo proceso de mestizaje, hibridación que se ha venido decantando a lo largo del mundo antiguo hasta hoy. La tradición tiene un peso importante en la vida humana.

     Hoy sabemos que el proceso de invasión cristalizado en el descubrimiento, conquista y colonización fue una escena teatralizada cuyo guión era presentar a unos personajes (invasores) que representaban todos los derechos y prerrogativas del sistema y otros (indígenas) subalternos de los invasores, sin derechos, esclavos, sumisos, vasallos de la corona española y obedientes de la fe católica, calificados de cultura inferior, barbaros incivilizados, sin arte, sin filosofía, sin religión, sin ciencia y sin historia, porque la “historia de carril” nos enseña una América sin historia, o con una historia que arranca de la modernidad, un nuevo mundo; sin embargo, la arqueología comparada ha demostrado hoy, que lo que llamamos Nuevo Mundo, tiene más sentido para los europeos que para nosotros los latinoamericanos, en el sentido de que América es tan milenaria como Egipto y Mesopotamia, Grecia y Roma; su arquitectura monumental  piramidal tiene su homólogo en las tierras del río Nilo, su astronomía tiene su par en la ciudad de Babilonia; la  escuela de filosofía de los amautas incas tiene su referencia en la escuela de Mileto en la colonia griega Asia Menor, fundada por Tales de Mileto, el Imperio Inca en el Imperio Romano ¿De qué civilización bárbara hablamos? ¿Qué somos realmente como latinoamericanos? ¿Cuál es nuestro destino?

Las Capitulaciones de la ocupación de América

    El 17 de abril de 1492, Juan de Colona, por mandato de los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, en la Villa de Santa Fe de la Vega de Granada, España,  es  despachado las Capitulaciones de Santa Fe, en Cortés (Comp.). (1971) que en líneas generales expresa:

     … Vuestras Altezas hacen al dicho D. Cristóbal Colón su visorrey y gobernador general en las dichas islas y tierras firmes, que, como es dicho, él descubriere o ganare en las dichas mares… que todos y cuales quiera mercaderías, siquier (sic) sean perlas preciosas, oro, o plata, especiería y otras cualquier cosas y mercaderías  de cualquier especie, nombre y manera que sean que se compraren, trocaren, fallaren (sic), ganaren e hobieran (sic) dentro de los límites del dicho almirantazgo, que desde agora (sic) que Vuestras Altezas hacen  merced al dicho D. Cristóbal, y quieren que haya y lleve para sí la décima parte de todo ello… Vuestras Altezas Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, (p. 1).

     El texto citado revela claramente el propósito de la monarquía española: la ocupación de las tierras de América. Sin embargo, sería ingenuo creer que la ocupación se puede hacer sin que oponga resistencia alguna los nativos. Es obvia la arrogancia expresada en este documento en la que los Reyes Católicos se sienten con derecho en nombre de Dios de someter pueblos, saquearlos y tomarlos como vasallos. Sabemos por los registros históricos de los anales de Europa a lo largo de la historia, que las ocupaciones, las invasiones, fue el teatro de actuación en este continente y sus confines. La historia de la humanidad es la historia de la guerra, que ha costado sangre de muchos inocentes y destrucción de pueblos como nos enseña Homero en la Ilíada y la Odisea. Las invasiones bárbaras, quizá sea en territorio europeo, el recuerdo más claro de este asunto. De modo que en las Capitulaciones de Santa Fe subyace un metalenguaje de guerra y destrucción, del pillaje y expansión política, que de algún modo fue el orden  de la Europa de aquellos tiempos. Este documento planteaba una guerra, al menos en el papel.

     La Corona de España y la Iglesia Católica constituían en el siglo de tiempos del Descubrimiento dos poderes: espiritual y terrenal, incluso el Rey ejercía el poder en la Tierra por mandato divino, de modo que ambos poderes hicieron alianza para los fines expansionistas de acuerdo con sus intereses, la monarquía busca apoyo de la iglesia para acometer la empresa de ampliar su señorío, y fue de esta manera que el Papa Alejandro VI el 3 de mayo de 1493 emite la “Bula de concesión  a los Reyes Católicos D. Fernando  y Doña Isabel, de las islas y tierras firmes descubiertas y que descubrieren en las mismas condiciones y con las mismas gracias dispensadas a los Reyes de Portugal en lo que habían descubierto en África, Ginea y Mina”. Alejandro VI (1493) en Cortés (Comp.). (1971) expresa en dicho documento lo siguiente:

    Alejandro Obispo, siervo de los siervos de Dios: A los ilustres carísimos hijos de Cristo Fernando Rey y carísima Isabel  Reina de Castilla, León, Aragón y Granada, salud y apostólica bendición… lo principal; que la Fe Católica y la Religión Cristiana sea exaltada… y por donde quiera se amplíe y dilate, y se procure la salvación de las almas y las naciones bárbaras sean subyugadas y rendidas a la fe cristiana, (p.2).

     El 4 de mayo de ese año, su Santidad Alejandro VI en Cortés (ob. cit.) promulga la “Bula sobre el reparto de las tierras recién descubiertas entre España y Portugal” en la que se puede leer, siguiendo la idea anterior, lo siguiente: “… proseguir del todo semejante empresa, queráis  i (sic) debáis con ánimo pronto, y zelo (sic) de verdadera Fé, (sic) inducir los pueblos, que viven en tales islas, i (sic) tierras que reciban la Religión Christiana (sic) … i (sic) tierras firmes halladas i (sic) que se hallaren descubiertas, i (sic) que se descubrieran ázia (sic) el occidente…”, (p. 5-6).

     Ambas bulas papales expedidas por Alejandro VI  tienen un propósito claro: la expansión del cristianismo y aumentar el número de creyentes, y naturalmente su poderío eclesiástico; y  la Corona de España  su poder monárquico. Los poderes político y religioso establecen una alianza con estos fines. Al respecto, Briceño Guerrero (2014) apunta, el cristianismo, aliado con el Imperio Español logró la expansión más eficiente que país de Europa  haya logrado, el viejo continente se trasladó a la América representado por los exploradores, conquistadores y colonos; la conquista de América no fue obra de mercaderes, en ella predominaron la conciencia de servir a Dios y al Rey, el honor guerrero, la aventura heroica, el riesgo personal con los desconocido, el riesgo mortal asumido espontáneamente. La leyenda negra y la leyenda dorada reflejan en forma unilateral y exagerada  una característica dual de la conquista. Según  Briceño Guerrero el cristianismo organizó jerárquicamente a la iglesia poniéndola en la cúspide y sofisticó el derecho canónico, el imperio español obtuvo como privilegio el derecho divino  de los reyes que justificaba su  sobrenatural dominio, el imperio se sirve de la iglesia para sus fines políticos.
     El poder de la Corona y el vínculo con el papado se profundiza con la Real Cédula del 18 de mayo de 1680 cuando se promulgaron las Leyes de Indias, en la que se puede leer en el Libro Primero, Título Primero, De la Santa Fe Católica, en Cortés (Comp.), (1971) lo siguiente:

     … hemos conseguido traer al gremio de la Santa Fe Católica Romana las innumerables gentes y naciones que habitan las Indias Occidentales, Islas, y Tierra Firme del Mar Océano, y otras partes sujetas á (sic) nuestro dominio. Y para que todos universalmente gocen el admirable de la redención por la Sangre de Christo (sic) nuestro Señor, (p. 74).

     Las empresas de la conquista y la evangelización como comunión y alianza no se queda en el papel, van a estar presente en la fundación de los primeros centros poblados de América. Hacen presencia la iglesia y la monarquía creando la burocracia necesaria para funcionar de manera eficiente. Es de esta manera que Clemente VII  en Cortés (ob. cit.) el 21 de julio de 1531 expide la “Bula  Erección del Primer Obispado de Venezuela”, en la que expresa en líneas generales lo siguiente: “mediante los nuevas fundaciones de pueblos, nueva gente se lleguen a la Santa Madre Iglesia, y la confesión de su Christiana Religión, y la Fé (sic) Católica, se levante, extienda y florezca, y los naturales y habitadores de ellos fortalecidos, con la doctrina”. (p. 56).
     Los dos documentos papales referidos, entre otras cosas, demuestran que la evangelización fue tan diligente, avasallante, sostenida en el tiempo, y demostró  en la práctica, que facilitó el proceso de la conquista armada, y fue de alguna manera más eficiente en términos de economía de medios que la bélica. De tal manera, la conquista y la colonización se debió a tres factores fundamentales: la espada del conquistador, la cruz del clérigo y la pluma del letrado, que fueron soldados de una misma causa: someter los pueblos del Nuevo Mundo. Creo, para finalizar este punto, que la iglesia además de manipular la feligresía, lo hizo igual con el poder político, y a la palabra escrita, puso de guardián a la Santa Inquisición.

El descubrimiento de un nuevo viejo mundo de ficción

     La palabra descubrimiento aparece históricamente por primera vez en las Capitulaciones de Santa Fe el 17 de abril de 1492. Fue un concepto  elaborado estrictamente desde una visión europea. Por esta época, en 1605, Miguel de Cervantes Saavedra publica en Madrid la primera parte de su novela “Aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, en ella, el personaje central, Don Quijote, es un hidalgo que enloquece de tanto leer libros de caballería.  La trama de la novela consiste en que el personaje comienza a ver la realidad no como es, sino como se le presenta en los libros que lee, y de esta manera construye una sobrerrealidad que se aleja cada vez más del mundo real. El pasaje donde Don Quijote confunde los molinos de vientos con gigantes es ilustrativo de lo que vengo afirmando. Reproduzco parte del pasaje. Don Quijote dice — …amigo Sancho, donde se descubren treinta o pocos desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas” ,a lo que respondió Sancho: — “que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento”—.

     De esta manera alucinada vieron los europeos a América, creyeron ver en ellas los referentes de sus imaginarios y crearon toda una mitología, la realidad no la vieron tal cual era sino como creían ellos que era, lo que explicaría toda esa narrativa fantástica que encontramos en las Crónicas de Indias. Al respecto Acosta (1998), apunta que los conquistadores venidos a América traen un variado y complejo imaginario cuyas raíces hay que buscarlos en la cultura grecolatina, cristiana y medieval, ellos recrean los viejos mitos del paraíso terrenal, la creación, el diluvio, los gigantes, la fuente de la eterna juventud, las amazonas, sincretizadas, recreadas siempre desde una perspectiva bíblica. De esta manera hicieron la interpretación sobre el poblamiento de América, una primigenia cristiandad, siempre con una visión euro céntrica. Quedó de lado el mito del buen salvaje del primer encuentro para dar paso a la codicia, a la violencia y al fabuloso dorado, que García Márquez (1982) en su Discurso de aceptación del Premio Nobel  describe de esta manera: “Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos”, (p. s/n.).

     Cristóbal Colón fue quizá fue uno de los más grandes fabuladores europeos de los que vinieron a las Indias Occidentales. En el Diario a bordo de su Primer Viaje (1492-93), el 16 de octubre escribe: “los… peces hechos como gallos”, (p. s/n.). Cree llegar a Catay (China) donde el Gran Can, escribió el 30 de octubre. Aparece el mito del buen salvaje, cuando se refiere a los indios, señala: “esta gente  no tiene secta ninguna ni son idólatras, salvo muy mansos y sin saber que sea mal sin matar a otros… y sin armas y tan temerosos”, (p. s/n.). Estas imágenes del indio americano en  tiempos del descubrimiento, descritas por Colón la va a tomar Tomás Moro para escribir su famosa Utopía. Aparece históricamente por primera vez el vocablo Caribe o caniba o caníbal, en el diario del primer viaje de Colón, que va a utilizar más tarde William Shakespeare en el drama La Tempestad, en uno de sus personajes (Calibán); y Miguel de Montaigne en su libro: Ensayos. Siguiendo esta idea, en 1498, Colón en su tercer viaje de navegación por las costas de Venezuela, en Cortés (Comp.) (1971), nos deja la siguiente impresión:

     … tierra de Gracia… tierra Paria hallé unas tierras las más hermosas del mundo, y muy pobladas… tierra de Gracia y río y lago que fallé, (sic) tan grande que más se le puede llamar mar que lago, porque lago es el lugar de agua… y digo que si no procede del Paraíso Terrenal que viene este río y procede de tierra infinita… tengo el ánimo que allí donde dejé es el Paraíso Terrenal. (pp. 20-21, 25).

     Esta deformación de la realidad fue como en el Don Quijote de Cervantes una metáfora de cómo los hombres del siglo XVI veían el mundo a través de su imaginario, de sus creencias, sus ideologías, que iban a ser siempre su referente inmediato para orientarse en un mundo que les era desconocido, que naturalmente definía la aceptación o rechazo en una situación determinada, culturalmente hablando. Pensemos tan solo en un hombre culto de su tiempo como López de Palacios Rubios, catedrático de las Universidades de Salamanca y de Valladolid, en sus famoso Requerimientos, creado en el contexto de las Leyes de Burgos, creía que el mundo tenía 5000 años de creado, en este documento  se puede leer lo siguiente: “… son descendientes procreados y todos los que después de nosotros vinieron: mas (sic) por la muchedumbre de generación que de éstos ha procedido desde cinco y más años  que ha  que el mundo fue (sic) creado…, Requerimientos de Palacios Rubios (1513) en Cortés (Comp.) (1971, p. 27). O, este caso particular, que comento. Cuando los españoles llegaron a lo que hoy es el municipio Boyacá en Colombia, donde está localizada la Cultura Monquirá (2200 años de antigüedad.) conocida por sus monumentos megalíticos de piedra en forma de falo en honor al Dios de la Fertilidad, organizados de tal manera que indicaban el movimiento de los astros, creyeron ver en estas esculturas algo infernal, por ello le apodaron al lugar el infiernito, por considerarlo como algo del demonio. Estas apreciaciones dieron vida además, a muchos toponímicos en América.

     No quiero terminar este punto sin referir, que además de la idea de la expansión del cristianismo, lo que movió a la Corona y a la Iglesia fue la sed de riquezas. Sobre este punto refiere Fray Bartolomé de las Casas (1992) en su libro Vida de Cristóbal Colón,  refiere el interés del Almirante por el oro al ver a los indígenas con pendientes de oro en sus narices, les pregunta por señas — ¿Dónde está el oro? A lo que respondieron —hacia el sur—, respondieron los indios. Al respecto, Torodov (1998) apunta, el mundo de Colón comparte tres esferas: natural, divina y humana. El lado humano de del navegante es su sed de riqueza, de bienes terrenales (oro) y poco después mujeres a quienes violaron y humillaron.

Doctos de la justificación de la conquista

     En 1453 cuando cae Constantinopla en manos los turcos otomanos bloqueándose la ruta comercial del este, interrumpiéndose el tráfico comercial por el Mediterráneo Oriental, lo que estimula la búsqueda de una nueva ruta hacia el Oriente por el Occidente, (Valero, 2005). Este mismo año, Eanes Azurara Gomes le dedica, al Rey de Portugal, la obra que escribió: Crónica del Descubrimiento y Conquista de Ginea y Otros Relatos, donde sostiene la tesis bíblica de que los negros son descendientes de Caín el hijo maldito de Noé, lo que justifica, según este autor, la esclavitud negra. Este libro va a tener una influencia decisiva en el comercio de esclavo en América. Esta misma tesis es sostenida por Juan de Torquemada en su libro Monarquía Indiana (1592/93-1613) en la que argumenta que la gente de piel de color negra es de raza inferior a las otras razas, que están malditas por Dios. La desigualdad racial según estos autores, se debe por imposición divina; y que más tarde, junto a la reales cédulas y las bulas papales van a servir de fundamento ideológico al comercio de esclavos negros en Indias Occidentales.

     Por otro lado, Juan Ginés de Sepúlveda (1490-1573), sacerdote católico español defendía la idea del derecho que tenían los españoles de dominio sobre los indios porque eran inferiores a ellos, por lo tanto llama a  una guerra justa contra ellos. Sepúlveda en 1550 escribe su obra “Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios”, en la que sostiene que era permitido la invasión a América y el exterminio de las razas inferiores a través de la Ley del Derecho Natural, según la cual los superiores (españoles) deben someter a los inferiores (indios) por ser bárbaros e impíos y deben obedecer a los que tienen supremacía cultural. De aquí nace la tesis de la guerra contra los indios y la futura encomienda en América. Los argumentos de los doctos de la justificación de la conquista armada, naturalmente, es una perversión, que contribuyó, según Valero (2005) a guerras, torturas, condenas, problemas raciales de toda índole; a la oposición religiosa, a la oposición entre cultura popular e ilustrada, al conflicto amo-esclavo en las plantaciones, y al conflicto entre saberes y poderes.

     Haciendo un balance, no todos los hombres de aquellos tiempos apoyaron estas ideas descabelladas. Para profundizar esta temática citaré el trabajo: “Documentos y Opiniones sobre la Problemática Indiana a raíz del Descubrimiento” compilado por Cortés (1971) en la que aparece opiniones a favores y en contra de varios autores, que comentaré. Bartolomé de Las Casas, Obispo de Chiapas, escribió una obra en defensa del indio titulada: “Brevísima relación de la destrucción de las indias”, donde denuncia el trato inhumano dado a estas personas por parte de los españoles. Este autor sostenía que el indio es un “noble salvaje” y se expresa de él en estos términos: “Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios lo más simple, sin maldades, ni dobleces; obedientísimas, fidelísimas  a sus señores naturales”, (Cortés, ob. cit., p.29). Las Casas contribuyó enormemente a la reforma de la encomienda en Hispanoamérica, sin embargo, esto no evitó los abusos, como él mismo lo reseña en su libro ya citado. Él fue el creador de la teoría del buen salvaje, esta tesis es una visión más bien romántica e ingenua del indio que coincide con la de Cristóbal Colón.

     Sin embargo esta tesis va a tener su opuesto en Gonzalo Fernández de Oviedo, quien su obra Historia General y Natural de Indias, Islas, Tierra Firme (1526) argumenta, entre otras cosas la “idea de la irracionalidad del indio… porque su principal intento era comer, e beber, folgar, e luxuriar (sic), e  idolatrar…viles e mal inclinados, mentirosos… (Cortés, Ibídem). Por su par Fray Tomás de Ortiz (s. XVI) acusa a los indios “de comer carne humana, y son sodométicos… andan desnudos, no tienen vergüenza…”, (Cortés, ibídem). En relación al canibalismo cabe citar el trabajo de David Sentinella (2015) quien señala que el hombre practicaba el canibalismo desde hace 800000, a lo largo de la historia, se hacía por cuestiones rituales, gastronómicas o por sobrevivencia, que fue practicado tanto en America, África y Europa. La otra tesis sobre el indio, es a favor, y es la del Capitán Alonso Andrea de Ledesma en su obra: “De Indias” (1538) en la que argumenta que los indios no son ladrones, ni gente viciosa, ni holgazanes, ni gente mala y que tienen ocupaciones honestas y provechosas, (Cortés, ob. cit.).). Dentro de la tesis a favor del indio, además de la de Fray Bartolomé de Las Casas, es la de los “Títulos Ilegítimos” de  Francisco de Vitoria, quien sostiene que aunque el Emperador sea señor de todo el mundo eso no lo autoriza para adueñarse de las provincias indígenas, ni imponerles tributos, ni el desconocimiento no le da derecho al Papa de hacerles la guerra para adueñarse de sus bienes, ni pueden acusar de pecados, de irreligión porque no podían creer en Cristo antes de haber oído nada de él, (Cortés, ob. cit.). Sin embargo, este autor sostiene que se le puede hacer la guerra de manera justa, si se responde contra alguna injuria.

     Las posturas en torno a esta problemática son antagónicas, lo que sí es cierto, que en la práctica la que dominó la escena es la del sometimiento del indio, bien sea a la fuerza, través de la encomienda, o de la fe católica, que en el fondo era una esclavitud solapada. Para no caer en especulaciones citaré el documento “Título de encomienda de indios del Valle de Maya  dado a Gaspar Camacho por Don Diego de Osorio, Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela” (1597) compilado por Cortés (1971), en la que indica lo siguiente:

… dhos yndios (sic) de suso (sic) declarados son sus mugeres (sic) e hijos e familia voy doy en titulo (sic) de encomienda a vos el dho gaspar camacho (sic) para que goceys (sic) de los frutos y demoras y aprovechamientos que buenamente pudieran dar dhos yndios (sic). (p. 114-115).

     Obviamente, los indios quedan bajo la tutela de los encomenderos, quienes los explotaban, sin que ellos obtuvieran beneficios de ninguna naturaleza, en el mejor de los casos, cuando estaban en manos de los clérigos, aunque el trato era, en algunos casos, relativamente humano, tenía de telón de fondo la conversión  ideológica al cristianismo destruyéndoles sus creencias ancestrales, constituyéndose en un mecanismo de manipulación y sometimiento del indio. Para no hablar en el aire, recordemos en el marco de las Leyes Nuevas (Leyes de Indias) la Real Ordenanza de Barcelona promulgada el 20 de noviembre de 1542 en Cortés (ob. cit.) relacionada con la instrucción de los indios, cuyo texto expresa:

     …hordena (sic) mandamos que esta nuestra carta sea imprimida (sic) en molde y se      embíe (sic) a todas las nuestras yndias (sic) a los rreligiosos (sic) que ellas entienden en la instrucción (sic) de los dichos yndios (sic) a los cuales encargamos que hagan traducir en lenguas yndias (sic) para que mejor entiendan… so pena de la nuestra merced e de mil castellanos de oro para la nuestra cámara a cada uno que lo contraríen… (p. 65).

     Naturalmente la Leyes Nuevas, como instrumento de poder político, tiene como aliado el religioso cuyo fin es evangelizar, un mecanismo de dominación como he dicho muy eficiente y sutil, donde entra en juego Dios el Salvador. Esto no solo se aplicó a los indios, también se hicieron disposiciones para ideologizar a la gente negra. En Aranjuez el 31 de mayo de 1789 por ordenanza del Rey, Antonio Potier dicta las: “Disposiciones Regias para la Educación, trato y ocupación que había de darse a los esclavos en las colonias de España en América”, Real Cédula e Instrucción (Código Negro), en Cortés (ob. cit.), que, en gruesas líneas expresa, siguiendo la idea anterior, que los esclavos deben ser instruidos en los principios y reglas que dictan la religión, la humanidad y el Estado compatible con la tranquilidad pública, en consecuencia, su educación debe estar sustentada en los principios de la religión católica, doctrina cristiana y la agricultura y demás labores del campo. De esta pudo hacerse sin empleo de  la fuerza, apaciguar, (al negro y al indio) de manera astuta para ponerlos al servicio de su causa, convenciéndolos que todo era al servicio de Dios, precisamente por ello, fue más descabellada, en mi opinión, porque uso el Santo Nombre de Dios para una empresa tan vil. A estos sistemas de enseñanza, más tarde con vehemencia, criticarán Miguel José Sanz y Don Simón Rodríguez.

Los caballeros de capa y espada y los mojes de hábito y cruz venidos de Sevilla

     A raíz del Descubrimiento de América, en 1503 se funda la Casa de Contratación de Sevilla o de Indias, convirtiéndose, la ciudad de Sevilla en el centro económico del imperio español (monopolio del comercio con Indias). Para la época era la ciudad más grande de Europa. Gentes de diversos orígenes circulaban por ella, judíos conversos,  cristianos, moriscos, esclavos, clérigos, plebeyos, gitanos, extranjeros de toda suerte, hasta Miguel de Cervantes Saavedra estuvo solicitando en la Casa de Contratación de Indias venir a América. Fue el foco de atracción internacional, el Descubrimiento la convirtió  en el puerto universal. Ostentaba el lema: “Quien no ha visto a Sevilla, no ha visto maravilla”.  De aquella Sevilla de Carlos V (1520-1558) nos deja su semblanza Luís de Peraza en su libro Historia de Sevilla, primera historia que se escribió de esta urbe hacia 1535, y Joris Hoefnagel o Georg  Hoefnagel, artista flamenco, sobre la metrópolis, quien realizó en 1565 unos dibujos los cuales fueron grabados en 1598 y publicados en Civitates Orbis Terrarum (Ciudades del Mundo), que fue un proyecto editorial del cosmógrafo y cartógrafo flamenco Abraham Ortilius para Atlas Mundial Theatrum Orbis Terrarum (El Mundo es un Espejo de los Juegos).

     Sevilla era la puerta de entrada para ir a las Indias Occidentales. El siglo XVI era llamado el “siglo de la plata”, que naturalmente, gran parte de ella venía de América. Sevilla atrajo a muchos castellanos y extranjeros para embarcarse hacia el Nuevo Mundo en busca de oportunidades, los barcos que iban a América tenían que ser barcos españoles, se estima que para 1586 la flota de esta ciudad era de 400 barcos. Fue junto con la ciudad de Lisboa las dos ciudades de occidente dueñas de las mayores colonias de esclavos negros.

     Para la empresa de la conquista y colonización de América se hizo indispensable los caballeros de capa y espada y los monjes de hábito y cruz para los propósitos de la Corona de España y el Papado de Roma. No era poca cosa, era una empresa que exigía articular a Europa, España y América, lo cual no debía de estar en las manos de mercaderes, para ello, se hacía necesario, según Rama (1998) “…llevar adelante un sistema ordenado de la monarquía absoluta, para facilitar la jerarquización y concentración del poder, para cumplir su misión civilizadora, resultó indispensable que las ciudades, que era el asiento de la delegación de los poderes, dispusieran de un grupo social especializado al cual encomendar esos acometidos.”, (p. 31). Necesitaba España de una constelación de monjes, administradores, educadores, profesionales, escritores y múltiples servidores, intelectuales para poder colonizar a América. Además de enseñar la lengua, la religión, el urbanismo, crear escuelas, instituciones políticas, que con el correr del tiempo vinieron a ser, las muestras más fidedignas que pertenecemos al ámbito de la cultura de Europa. Esto se logró de manera eficiente gracias al arduo trabajo de los monjes de hábito y cruz, quienes les enseñaron a los nativos la lengua castellana para luego poderlos evangelizar, el cual fue un mecanismo sutil para establecer un nuevo orden social, político y económico, modo de vida, la religión fue la paideia más eficiente que tuvo España en la conquista de América. Este trabajo se completó con los hombres de capa y espada quienes a través de la represión mantuvieron entre ciertos límites a los nativos lo que vino a hacer más eficiente el proceso de ideologización, que fue clave para crear el orden colonial.

Los hombres de garnacha

     La ocupación española en América, comparada con otros episodios relacionados con la conquistas de pueblos, fue la más documentada de manera escrita. Pudiéramos decir, es la palabra hecha acción, los hombres de garnacha escribieron el libreto de lo que va a ser América. Esto se debe en gran parte a varios factores. El tiempo del Descubrimiento coincide con el de la aparición de la imprenta lo que facilitó que muchos de estos hechos fueran documentados y conocidos por muchos. Además desde la experiencia de Cristóbal Colón y Hernán Cortés en el Nuevo Mundo, se acostumbraba a llevar un diario abordo que documentaba el viaje de navegación por mandato del Rey, instituido más tarde en el cargo de Cronista de Indias en 1571 por Felipe II. Tiempo después, con el derecho indiano y canónico aparecen documentadas las bulas papales y las reales cédulas. También hay que considerar los largos trescientos años de ocupación. En todo ello, va a tener como denominador común a los “hombres de garnacha”.

     Los hombres de garnacha fueron los togados (magistrados y letrados) que vinieron a tierras de Indias. Gran parte de la documentación, sino casi toda, se debe a ellos. Al respecto Rama (1998), en La Ciudad Letrada, señala: la palabra escrita vivía en América Latina como única valedera, en oposición a la palabra hablada que pertenecía al reino de lo inseguro y lo precario. La escritura poseía la rigidez y permanencia, un modo autónomo que remedaba eternidad”, (p. 22). Este autor considera que la escritura en América constituía una suerte de religión secundaria por un azar  de tendencia gramatológica, empleada en colegios, universidades, audiencias, seminarios; el uso político del mensaje fue decisivo en la conquista.

     Esta ciudad escrituraria, como Rama denomina la relación ciudad-escritura en los procesos fundamentales de relación política-religiosa, permitió establecer con el poder un lazo estrecho de vinculación, al que sirvió mediantes leyes, reglamentos, cédulas, proclamas, propagandas, y la ideologización evangelizadora y política. Por ello, todos los que manejaban la pluma (hombres de garnacha), estaban asociados a las funciones de poder, y su función fue decisiva en la conquista y colonización de América Hispana, tanto como la espada y la cruz.

Pueblos originarios de América ¿bárbaros?

     Declaro de principio, que las culturas originarias de América son muy heterogéneas, y que ubicar la historia de este continente por la historia de carril en la época moderna ha sido un error, esto se debe a que ha sido contada desde la visión positivista de la historia, que no admite que estos pueblos tengan una antigüedad igual a Egipto, Babilonia, Mesopotamia, Grecia o Roma, siguiendo su viejo esquema de la ley de los tres estadios. América en la Historia Universal euro centrista, aunque la ubican en la Eda Moderna, no debe ser entendida como que de aquí en adelante comienza la historia, del continente que los europeos llamaron el Nuevo Mundo, sino más bien, que desde este tiempo comienzan a escribir los europeos sobre estos pueblos. Pero desde ningún modo, se debe dudar desde el punto de vista político, cultural, científico, artístico, religioso, filosófico que pertenezca más al mundo antiguo, que al moderno como veremos más adelante. Cabe recordar que Platón en la antigüedad escribía en sus dos obras Critias y Timeo que después de las Columnas de Hércules (Estrecho de Gibraltar) existía una civilización altamente desarrollada, expone además en estas obras la esfericidad de la tierra mucho antes que Galileo Galilei y Johannes Kepler.

     Otro aspecto que debo aclarar de entrada, es el término bárbaro, empleado a menudo de manera incorrecta e indiscriminada, usándose como sinónimo de incivilizado, inculto, sobre todo en tiempos  del descubrimiento, conquista y colonización, inclusive en nuestro tiempo. Cabe recordar que este vocablo proviene del griego ático, barbori que traduce balbucear, con lo cual los griegos antiguos designaban a los extranjeros que no hablaban su lengua, y que se les dificultaba su pronunciación, por ser una lengua distinta a la materna. Por extensión se aplicaba a los extranjeros que no pertenecían al mundo griego, y más tarde al romano. De modo que la palabra bárbaro es un exógeno que designa a una comunidad de hablantes que se encuentran fuera del ámbito de influencia de su propia lengua ¿Cuándo se comenzó a usar de manera despectiva este vocablo? A partir de la caída del Imperio Romano 476 d. C. hasta el siglo XVI, Europa estuvo invadida de pueblos que no hablaban las lenguas latina o griega, esto se debió a raíz del aumento de la población que generó en estos pueblos una crisis económica por lo que se vieron obligados a buscar un mejor sistema de vida y el afán de conseguir nuevas tierras y buscar una situación climática más favorable que en la parte norte de Europa donde habitaban, lo que propició la invasión de estos grupos humanos hacia la decadente Roma imperial. Estos pueblos hicieron estragos, y quedaron registrados sus actos en la historia como acciones de barbarie, y quedaron asociadas a la violencia, al pillaje o a la falta de educación. De modo que hay cierta distorsión en el modo como  fue empleado por parte de los conquistadores a los nativos de América.

     Recordemos que cuando Hernán Cortés llega a la ciudad de Tenochtitlán, capital del Imperio Méxica, fundada en 1325, queda maravillado, y en su Segunda Carta, Relación de Hernán Cortés al Emperador Carlos V, Segunda Parte, escrita el 30 de octubre de 1520, dice que la ciudad es tan grande como Sevilla o Córdova, recordemos que Sevilla era la ciudad más grande de Europa en el siglo XVI. Siguiendo esta idea, si comparamos el arte, la religión, la ciencia, la política de América con las civilizaciones del mundo antiguo vamos a encontrar su par en las ciudades más importantes de aquél tiempo, claro está, lo que cambia es el ropaje. Veamos esto con más claridad. La Cultura Moshe o Mochica (Perú, 100 y 700 d. C.) desarrolló la ingeniería hidráulica y fueron navegantes al igual que Egipto y Mesopotamia, construyó pirámides igual que lo hizo la sultana del río Nilo, empleando bloques de adobe como los babilonios en sus Zigurat. En 1987 se encontró la cámara funeraria del Señor de Sipán (Cultura Moche) con unos exquisitos trabajo en orfebrería y joyería a la par de los encontrados en las tumbas de los faraones del antiguo Egipto. En el orden arquitectural la Cultura Teotihuacán (México, I a. C- VIII d. C.) construyó un complejo piramidal, dentro de las cuales cabe mencionar la Pirámide del Sol, que es la tercera más grande del mundo. Se sabe hoy que una obra de tal envergadura implica conocimientos de las matemáticas y cálculos de área, y si pensamos que en la antigüedad Tales de Mileto, Pitágoras y Platón admiraban a Egipto por su desarrollo en esta área del conocimiento, de donde ellos afirmaban haber traído del país del Nilo a Grecia, estas ciencias.

     En el campo de la política, apunta el Inca Garcilaso de la Vega (1609/1967), el imperio inca fundado por Manco Cápac y Mama Ocllo tenía gran similitud con el imperio romano, se estructuró a través continuas conquistas de pueblos que fueron incorporando al imperio, vivían de los tributos que cobraban a los pueblos sometidos bajo su dominio. El Rey Inca tenía un basto imperio mucho más grande que el de Roma que abarcaba lo que hoy es Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Se construyeron a lo largo de él más de 30000 kilómetro de calzada que unía a todo el imperio del Cusco. (Ministerio de la Cultura de Perú (2013); Tapia Vitón (s. f.).

     La Cultura Azteca o Méxica, cuya capital es Tenochtitlán  desarrolló la metalurgia, la astronomía, las matemáticas, la escultura monumental, cálculo de áreas. Fue un sistema político  (ciudades estado de corte totalitario). La Cultura Caral (Perú, 3000-1800 a. C.) fue un modelo teocrático que conoció como la Europa de la Revolución Industrial la división del trabajo, desarrolló las ciencias: geometría, física, medicina, aritmética. La Cultura Maya (México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, 1500 a. C.-1521 d. C.) desarrolló la escritura jeroglífica, la literatura, la metalurgia, la arquitectura ceremonial monumental. Ella nos dejó dos obras maestras de la literatura universal: Popol Vuch y Chilam Balam. Hubo también restos arqueológicos de civilizaciones muy antiguas del periodo lítico como lo fue la Cultura Monte Verde (Sur de Chile), que floreció en el pleistoceno tardío, al final de la era cuaternaria, los hallazgos arqueológico dan fe de restos de utensilios muy rudimentarios trabajados con piedra y huesos de animales (período paleo indio). La Cultura Lambayeque (Perú 900-1400 d. C.) desarrollo la pintura mural en monumentos arquitectónicos, que contradice lo que muchos críticos de arte argumentan, que en América la pintura comienza con la llegada de los europeos. La Cultura San Agustín (Colombia  siglo XXXIII a. C.-VII a. C.) desarrollo un tipo de escultura monumental similar a la de Egipto en el sentido de su rigidez, simetría y ley de la frontalidad, en la forma de representar la figura humana.

     De modo que haciendo un balance, América Precolombina es un mundo complejo en todos los órdenes de la vida, muy diversa, la variedad lingüística asombra al filólogo más avezado, se sabe hoy que la variedad lingüística guarda una estrecha relación con las variedades culturales de los asentamientos humanos, y que guarda estrecha relación también con el espacio geográfico. Al respecto, Omar González Ñáñez, en la Universidad de Magdalena (2009) refiriéndose al Caribe señala, que se han descubierto más de mil idiomas indígenas, por lo que este autor expresa: “… no existe ninguna otra parte del mundo con tanta diversidad, con tantas lenguas naturales tan diferentes en el Hemisferio Occidental y particularmente la región geográfica como el Caribe”. (p. 43). Cabe recordar, a propósito a Wilhelm Von Humboldt , quien entre 1808-1810 escribió la obra Cuatro Ensayos sobre España y América, que de algún modo coincide en la parte lingüística con González Ñáñez. El Caribe y la América Latina como se puede apreciar, es un mundo tan diverso, tan heterogéneo y complejo al que se le unieron otros, también diversos, pero de naturaleza cultural diferente, como la de Europa y África. Ahora bien, después de este breve análisis sobre las culturas originarias del Nuevo Mundo ¿puede ser considerado América Precolombina un pueblo bárbaro?

El imperio universal español de Carlos V y Felipe II 

     No menos heterogénea fueron también los pueblos que vinieron, a estas tierras, a raíz del Descubrimiento  de América. Una Europa que vio la expansión helenística en la antigüedad encabezada por Alejandro Magno, y la del Imperio Romano, y la España que vivió la ocupación árabe por 800 años, no puede ser otra cosa que una cultura híbrida. En relación a España, Simón Bolívar escribe en 1819 en su Discurso de Angostura: “… que hasta la España misma, deja de ser Europea por su sangre africana, por sus Instituciones y por su carácter”. (p. 119).

     En el imperio  universal español de Carlos V y Felipe II estuvo constituido por una amalgama cultural sin precedente en la historia universal. Campanella (1989) citado por Garrido (2008), señala:

     La monarquía de España y sus islas, el reino de Nápoles y de Sicilia, el Estado de Milán, muchas fortalezas diseminadas en los principados italianos, los puertos: Hercole, Telamone, Longone en Toscana, Mónaco en Liguria; En (sic) Francia el Condado de Flandes y el Condado de Borgoña; y, demás, toda la América boreal y austral, en la parte marítima, con infinitas islas y todo el círculo de África con su mar, excepto la parte boreal, donde los mahometanos tienen Marruecos, Tlemecén, Túnez, Trípoli y Egipto. Y tienen también todos los litorales de  Asia meridional, excepto unos pocos, hasta las islas Filipinas, que confinan con el otro hemisferio por ellos poseídos. (pp. 38-39).

     Al respecto, señala Galasso (1994) citado por Garrido (ob. cit.) la corona española de aquellos tiempos representaba un complejo de dominios que se fueron incorporando en varias épocas, de varias formas y razones, que implementó durante 300 años una estructura de dominación política y de Estado misional católico. Sobre el imperio español apunta la Fundación Polar citado por Garrido (ob. cit.):

     El imperio español alcanzó su máxima extensión territorial en la época de Felipe II, pues este monarca logró coronarse como Rey de Portugal en 1581, anexando los extensos dominios ultramarinos lusitanos: Madeira, Azores, Costa africana, Goa, Malaca, Ormuz, Malucas, y Brasil. Se había formado la verdadera monarquía universal, con dominios en los 5 continentes. Felipe II  no llevó el título de emperador, pero mantuvo viva la idea de imperio que lograra su padre, enfatizando, además,  los elementos hispánicos y católicos del mismo. Fue la verdadera hora del imperio español. (p. 44).

     Este imperio tuvo sus comienzos con Isabel de Castilla y Fernando de Aragón a quienes los cronistas ensalzaban, por su habilidad política, y a partir de 1594 a raíz del Descubrimiento de América, el Papa, les otorgó el título honorífico de “Reyes Católicos”, quienes gracias a su energía política y habilidad diplomática pusieron las bases de la edad de oro de España. Como se ve las raíces europeas son muy profundas, como lo son también la de los esclavos negros venidos de África.

La negritud como esclavitud

     La esclavitud como negritud señala Mignolo (2007) es una invención de la modernidad. En todas las civilizaciones del mundo antiguo, en America, África y Europa ha existido, y tuvo su origen como botín de guerra, no era en sentido estricto un producto del comercio, aunque llegó a comerciarse con ellos. Platón nos relata en la Carta VII (siglo IV a. C.) que en un viaje que hizo a Siracusa a entrevistarse con Dionisio II, Rey de esta ciudad, quien asumió el gobierno bajo la supervisión de su tío Dion de Siracusa, éste, invitó a su amigo Platón para la organización de los asuntos del gobierno, por un disgusto que hubo entre ellos, Platón terminó en un mercado de esclavos. Recordemos que Platón pertenecía a unas de las familias más ricas de la aristocracia de Atenas.

     La trata de esclavos negros, según García (2005), estuvo ligada al Descubrimiento de América. El primer Asiento de Negros autorizado con carácter monopólico por España fue en 1590 ó 1595. Los comerciantes portugueses aprovecharon la unidad ibérica entre España y Portugal para monopolizar su comercio. Se estima que el número de esclavos negros capturados por los portugueses  de 1450 a 1500 fue de 150000, (García, ob. cit.) Este autor, citando a Silva Solis, afirma haber contabilizado en América Hispana unos 329000 esclavos negros. En el siglo XVI los portugueses se sirvieron de la fe religiosa para penetrar las culturas africanas y de esta manera facilitar su comercio. Penetraron las provincias del Kongo: Bamba, Sundi Sogno, Pango, Batta, entre otras. Del puerto costero de Mapinda y Msanza Kongo salían  cinco mil esclavos hacia el este de Sao Tomé y América. Se traían también de Angola, Ginea, Cabo Verde y de otras partes de África. Cabe señalar que la modalidad de esclavitud en el contexto de la modernidad era exclusivamente negra, y surgió fundamentalmente del comercio; que a diferencia de la antigüedad el esclavo era resultante de la guerra, que pasaban a ser servidumbre de los pueblos vencedores, o al mercado de esclavos, independientemente del color de la piel. Los grupos humanos traídos de África eran de cultura heterogénea, como lo fueron también los europeos y los nativos de América.

¿Independencia de América?

     Se sabe hoy que la mayor razón de peso de las causas de la independencia de Venezuela, y por extensión de Hispanoamérica, fue de carácter político y económico,  y  no simplemente un acto de filantropía, aunque hubo algo de ello, por lo menos en Simón Bolívar. Bolívar,  el más sobresaliente líder de la emancipación de América del Sur, en la Carta de Jamaica escrita en 1815 deja esto claro, cuando expresa, no estaban facultados los blancos criollos para el ejercicio de altos cargos político, eclesiástico, diplomático y militar; las leyes favorecían a España, además el Rey monopolizaba el comercio, y evitaba el intercambio entre provincias americanas. No se planteó, al menos en sus comienzos con un interés  filantrópico dirigido a favorecer los grupos de color, quienes estaban subyugados por los blancos mantuanos, por ello, estos grupos no se involucraron a favor de esta causa, al menos en un principio.

     Al respecto, Juan Uslar Pietri (2007) señala que el día de la instalación del Poder Ejecutivo hubo una conspiración contra los miembros del Congreso capitaneada por Fernando Galindo, inclusive, señala este autor, los comerciantes, los empleados, los productores y el público en general no veía con la instalación del Poder Ejecutivo la estabilidad económica respaldada por el oro y la plata,  y no se hacían falsas ilusiones, que las cosas iban a ir mejor, por estas razones mucha gente de los diversos estratos sociales, deseaban que volvieran los españoles al poder. Es tan así, que en 1812 Simón Bolívar, en el Manifiesto de Cartagena, al respecto escribe: “El espíritu de partido decidía en todo, y por consiguiente nos desorganizó mas (sic) de lo que las circunstancias hicieron. Nuestra división, y no las armas españolas, nos tornó á (sic) la esclavitud”. (p. 40). Esta fue unas de las causas, según Bolívar, de la caída de la Primera República

     Sin embargo, nos pudimos independizar de España, pero la independencia no logró todas las aspiraciones de las gentes. Al final de sus días, su más preclaro protagonista, estaba lleno de pesimismo en relación del futuro de América del Sur. La Guerra Federal (1859-1863) invocó las mismas aspiraciones que la Guerra de Independencia. Los mismos problemas seguían en el horizonte. Se cambió una tiranía extranjera por una criolla.  Bolívar en 1828 en una carta dirigida a los colombianos, los exhortaba: “Evitad, Colombianos, tan espantosa catástrofe nombrando magistrados que reúna espíritus discordes...”. (p. 387). En 1830 en el Mensaje al Congreso Constituyente de la República de Colombia, expresa: “Ah ¡Cuántas conspiraciones y quiénes no hemos sufrido por  atentar a mi autoridad!”. (p. 397). Siguiendo este planteamiento, en su discurso del 24 de enero de 1830, Bolívar, en el contexto de entrega el mando de Colombia, señala: “Pende de sus decretos soberanos nuestras vidas, la dicha de la República y la gloria colombiana. Si la fatalidad os arrastrare a abandonarlo, no hay más salud para la patria; y vosotros os ahogareis en el océano de la anarquía dejando por herencia a vuestros hijos el crimen, la sangre y la muerte” (p. 400).

     Sobre el particular, Rangel (1992), señalaba refiriéndose a lo que este autor denomina “del precario a la mitología compensadora”, el pesimismo de Bolívar en el ocaso de su vida de esta manera, la América es ingobernable, el que sirve a una revolución ara en el mar, lo único que se puede es emigrar, la Gran Colombia caerá en manos de la multitud desenfrenada para pasar después a tiranuelos de todos los colores y razas, devorados por todos los crímenes, al caos primitivo, este sería el último período de Latinoamérica ¿No es esto lo qué sucedió después de su muerte?

     Desde esta óptica, en mi opinión, la Guerra de Independencia fue un rotundo fracaso en el sentido que no pudo unir a Venezuela. Después de la muerte del Libertador vinieron las divisiones, guerras locales encabezadas por próceres y guerrilleros que mantuvo al país en constante zozobra. La Guerra Federal desangró a Venezuela y volvió a enaltecer los odios internos, no contra los españoles, sino entre hermanos. Haciendo un balance del siglo XIX en el aspecto bélico, en la Guerra de Independencia se estima que murieron o emigraron 200.000 personas, es decir, el 20 por ciento de la población que para 1810 era entre 800.000 y 900.000 venezolanos. Desde la división de la Gran Colombia (1830) hasta (1903) setenta y años transcurridos, hubo 166 revueltas con 8847 días. (Boulton, 1968). Los problemas regresaron, la ambición de poder marcó la pauta, la discriminación el orden. Cabe recordar lo que refería Simón Bolívar en 1815, en la Carta de Jamaica, en la que advertía: “Yo considero el estado actual de la América, como cuando desplomado el imperio romano, cada desmembración formó un sistema político, conforme  sus intereses y situación ó (sic) siguiendo la ambición particular de algunos jefes, familiares ó (sic) corporaciones…” (p. 74). ¿Tuvo razón, Bolívar?

     Cabe acotar aquí lo planteado por Carlos Fuentes (1994) citado Cervigón (prólogo) en Garrido (2008), quien expresa, lo siguiente:

    Cuando nos independizamos de España en 1821, tres siglos después de la conquista, el movimiento liberal y modernizante decidió dejar atrás el pasado. Junto con las demás repúblicas hispanoamericanas nos lanzamos a la imitación extratológica de las leyes francesas, británicas y norteamericanas, convencidos de que la simple transferencia a nuestro a nuestro suelo pobre, explotado e injusto nos convertiría instantáneamente en sociedades prósperas y democráticas. Este ejercicio olvidó una cosa pero consagró otra. Olvidó que no podía haber sociedad democrática sin continuidad cultural. La renuncia independentista al pasado indígena, juzgado bárbaro, y al pasado español juzgado oscurantista, nos obligó a improvisar una cultura democrática inexistente. En cambio, la nación fue erigida como un compromiso entre el imperialismo español derrotado y los separatistas caciquiles (las republiquetas en Suramérica animado por el  derrumbe del imperio español…los liberales querían un país legal. Pero sus fachadas constitucionales sólo escondían el país real que los conservadores querían conservar, (p. 12).

     Siguiendo esta idea,  se olvidó lo que predicó toda su vida Don Simón Rodríguez, el maestro de América. En 1830 escribe: “Todo está hecho (en Europa especialmente). Tomen lo bueno —dejen lo malo— imiten con juicio y por lo que falten inventen” (p.17). En su obra Luces y Virtudes Sociales (1840) decía: “la tradición es utilísima en ciencias, y de absoluta necesidad en muchas artes: el único medio de transmitir la experiencia… la enseñanza” (p. 36). Admitió en su obra “Estracto (sic) sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana” (1848) que la revolución política necesitaba de una revolución económica que debía empezar por los campos y luego pasar a los talleres, cosa que nunca se hizo. La Guerra de Independencia fue una trágica realidad como la tragedia representada por Sófocles, fue la calamidad que tuvimos que vivir los latinoamericanos, para entrar a otro episodio nada alentador, en la que depende, en mi opinión, del concurso de nosotros los latinoamericanos y caribeños para mejorar nuestro destino. Haciendo un balance, ¿es culpa del imperio español, todas nuestras desgracias y  las discriminaciones que padecemos hoy?

Nuestro Caribe

     De entrada, aclararé el término caribe y su ubicación geográfica. Este vocablo deriva de las etnias nativas de esta cuenca atlántica, denominada Mar Caribe, ubicada al sur de Norteamérica, al norte de Sudamérica, al oriente de Centro América y al sur occidente de las Antillas. Precisando sus límites desde el punto de vista geográfico, van desde la  isla de Cuba hacia el oeste extendiéndose hacia el sur por el litoral caribeño mexicano de la península de Yucatán continuando por las costas caribeñas de América Central, y luego al norte de América del Sur concretamente Venezuela y Colombia, su término se hizo frecuente desde a 1898.

     Ahora bien,  el propósito en adelante, es revisar algunos aspectos referentes las raíces originarias del Caribe, Avella en Universidad de Magdalena (2009) refiriéndose a esta región, señala, es un territorio abierto a las invasiones, en tiempos de la conquista, lo que ocasionó casi la destrucción de la población autóctona. Fue escenario de luchas entre las potencias europeas: Inglaterra, España, Holanda, Francia por el monopolio de la explotación del oro. Lo que explicaría, según este autor, por qué el Caribe no tuvo un carácter transaccional, las potencias buscaban incorporar su comercio a la región más que la posesión física territorial, es decir, crear especie de factorías comerciales. Fue escenario de la piratería, por lo tanto no era un territorio seguro para establecer centros poblados.

     Otro aspecto de interés es el relacionado con la diversidad lingüística de la región. Omar González Ñáñez (2009) en Universidad de Magdalena  (2009) en una investigación realizada, señala que se han contabilizado más de 1000 idiomas, muchas de ellas desparecidas a lo largo del proceso de invasión europea. Argumento ya planteado por Wilhelm Von Humboldt (Guillermo de Humboldt), filólogo, hermano de Alejandro de Humboldt, en dos obras que escribió sobre las lenguas americanas: “Cuatro Ensayos sobre España y América (1808-1810) y “Ensayos sobre las lenguas del Nuevo Continente” (1812) admitía que en América existían más de mil lenguas nativas. A las lenguas autóctonas del Caribe se le sumaron los idiomas ingles, español, holandés, italiano, francés, árabe, chino, bengalí. Las lenguas oficiales de  inglés, francés, holandés y español. Cabe destacar que la cercanías  entre islas que facilitó el desplazamiento por mar a través del intercambio comercial entre los lugareños, la derivación de múltiples dialectos locales.

     En el Caribe se desarrolló el mayor tráfico de esclavo en América, un triángulo entre Europa, África y América, que Derek Walcott (1992) en el Discurso de aceptación de su Premio Nobel de literatura se refirió a él, como “Middle Passage” donde refiere los millones de africanos que murieron en esta travesía ahogados en el Mar Caribe, además de la matanza de caribes, arahuacos y tainos. Apunta Walcott, además de los negros africanos, también llegaron en el Fatel Rozack, que fue el barco donde llegaron de Calcuta la primera inmigración de hindúes de 213 personas a Puerto España en 1845. Se refiere Walcott a esta ciudad, que es válido en mi opinión a cualquiera ciudad caribeña, en estos términos: “… la suma de la historia, la ‘no gente’. Una céntrica Babel de avisos y calles, mestiza, poliglota, un fermento sin historia, como el cielo” (p. s/n.). Una ciudad donde se celebra la danza del dragón chino y el Ramleela hindú. Un Caribe poblado de negros ladinos, que aprendieron a hablar portugués y español en su periplo por Europa antes de venir a América. El lugar de la Cultura Taina o Caguana (Puerto Rico) hacedores de esculturas monumentales megalíticas, por cierto la más desarrollada del Caribe. Este es nuestro Caribe.

América Latina ni tan Latina (Problemática actual)

     América Latina es el espacio geográfico ubicado al sur del Río Grande, incluyendo México, América Central el Caribe y Suramérica, proveniente del legado imperial (latino)  que fueron colonizadas por la Europa Latina: España, Francia y Portugal. Sin embargo,  hay zonas del Caribe, Centro y Suramérica colonizadas por Inglaterra y Holanda. De igual manera, hay partes de Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) que fueron colonizadas por Francia y España. Es un concepto étnico-geográfico que aparece en la Francia de Napoleón III,  (Segunda República Francesa) como parte de su proyecto expansionista anti anglosajón hacia la América Hispana en la década de 1860, cuando toma posesión Maximiliano II, Emperador  de México (1863-1867); el término fue empleado por primera vez en un artículo publicado en 1861 para la Revue des Races Latines (Revista de Razas Latinas), se comenzó a utilizar en la región tardíamente, hacia 1900,cuando José Enrique Rodó Ariel escribió su famosa obra Ariel. De modo que el lugar de enunciación de de este espacio geográfico obedeció a intereses foráneos, en principio y luego, a una búsqueda como esencia de lo qué somos.

     Sin embargo, hay en este espacio geográfico aspectos que no son latinos, culturalmente hablando, como la inmigración venida de Calcuta, India, en 1845 ya mencionada, y lo que Darcy Ribeiro denomina pueblos trasplantados, personas venidas de los países europeos España, Italia, Polonia,  Rusia, Alemania y otros países de la región a raíz de las primera y segunda Guerra Mundial, a lo que habría que agregarle las “transculturación digital” en el contexto de la globalización, es difícil responder hoy qué somos. El término América Latina viene quedando sin contenido al igual que la América Sajona. Este complejo mosaico cultural lo llamó Rubert de Ventos  “El Laberinto de la Hispanidad” y Carlos Fuentes “indo-afro-ibero-américa”, (Cervigón en Garrido, 2008). Sin olvidar otras definiciones de varios autores, citados por  González Ñáñez (2010), Vasconcelos (cultura sinfónica), Ricardo Rojas (eurindia), Arturo Uslar Pietri (cultura aluvional), Alejo Carpentier (lo real maravilloso). Pero más allá de todo esto ¿Qué somos? Como se preguntó el Inca Garcilaso de la Vega en los primeros tiempos de la Conquista y  más tarde Bolívar en el Discurso de Angostura (1819).     Siguiendo esta idea, solo para ilustrar la complejidad de América Latina, basta con referirnos al planteamiento que magistralmente hace Bonfil Batalla (1990) del México  de hoy, en su obra México Profundo, que lo describe de esta manera:

    La conformación del actual México, su diferencia regional; los contrastes entre el norte y el    sur, altiplano y costas, la preeminencia de los altos valles centrales si bien descansa en una diversidad geográfica de rotunda presencia, es ante todo el resultado de una historia cultural milenaria, cuya huella profunda no ha sido borrada por los cambios de los últimos 500 años (p. 31).

     Este autor considera que los pueblos indios que viven en México poseen un perfil cultural distinto que es el resultado de su historia particular, se puede observar una diversidad dentro de la unidad básica de Mesoamérica, muy heterogénea, cuyo  primer factor de la diversidad—según Bonfil Batalla— es el territorio. Esto ha sido posible según Bonfil Batalla (1988) gracias a un conjunto de niveles, mecanismos, formas e instancias de decisión sobre elementos culturales de la sociedad mejicana, que constituye su sistema global de relaciones que él denomina: “control cultural”.

      En el complejo de relaciones del mundo de hoy sigue estando presente, como una herencia de la modernidad excluyente y colonialista la dialéctica de integrados-excluidos, dominados- dominadores, amo-esclavo, que vienen a constituir, según Calderón, Hopenhayn y Ottone (1996) la dialéctica de la negación del otro, que desconoce la otredad, que no respeta la alteridad y la posibilidad de la diversidad cultural. Esta dialéctica convierte a los negados en negadores, a los rebeldes en sumisos y a los sumisos en rebelde ¿Acaso muchos de nuestros negros africanos no aceptaron las cadenas con sumisión y otros no se resignaron a ser esclavos y prefirieron morir; o los que sobrevivieron sumisos no fueron más tardes rebeldes? La negación del otro sigue viva en América Latina y el Caribe. Sobrevivió a la Guerra de Independencia. Se manifiesta en las discriminaciones de las etnias indígenas y africanas (como factores de atraso). No cambió ni con el moderno estado de derecho. Por ello Calderón, Hopenhayn y Ottone (ob. cit.) que la negación del otro es el producto de nuestra precariedad  sustancial, que nos ha llevado a negar al otro, en consecuencia nos negamos a nosotros mismo como género humano. Se ha constituido en el imaginario latinoamericano, como estigma. En nuestros países de la región se ve represión étnica y religiosa, violación política e ideológica, no precisamente por los conquistadores, sino por los caudillos de turno que han gobernado a Latinoamérica a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI ¿Qué hacer? Este es el gran debate que se debe convocar en America Latina y el Caribe a esta hora para desterrar de una vez por todas las injusticias. La negación del otro en la región, según Calderón, Hopenhayn y Ottone (1996) se explica en la discriminación, que no se interrumpe, se trasmuta, ni con la revolución de independencia, ni con las empresas modernizadoras, ni con el estado de derecho.

Conclusiones

     Lo que hoy es América Latina y el Caribe, es la consecuencia de las convergencia cultural iniciada por España con la empresa del descubrimiento, conquista y colonización llevado a cabo por las Monarquías de Europa, la Iglesia Católica y una burocracia de funcionarios ejecutores del libreto de estos dos poderes hegemónicos, a través de reales cédulas, bulas papales y los cronistas de indias que sembraron en América su imaginario, la mitificaron, y establecieron como mecanismos de dominación la esclavitud y la encomienda para someter a negros e indios, esto, naturalmente se hizo de dos maneras, a la fuerza, que trajo como consecuencias el exterminio físico de muchos nativos,  y la destrucción casi en su totalidad de la cultura autóctona de la forma más vil e inhumana, aunque tuvo el indio y el negro sus defensores, en la práctica se impuso la ignominia, la tiranía... Y la pacífica, a través del proceso de evangelización fue tan vil como el de la espada, logró, de una manera sutil y eficiente y con economía de medios someter a negros e indios, como no lo pudo hacer la conquista armada.

     La Revolución de Independencia no nos salvó de las injusticias, después de ella vino el turno de los tiranuelos y caudillos que implantaron un sistema tan perverso como el del viejo conquistador: las guerras civiles y las dictaduras. Las promesas de libertad quedaron en sueños y discursos, se cumplió la profecía de Bolívar cambiamos una tiranía monárquica foránea por una criolla tan despiadada como aquella. La corrupción, el pillaje estuvo a la orden del día. El siglo XX entró con violencia, Venezuela fue protagonista de una larga tiranía a manos de Juan Vicente Gómez. La América Latina se pobló de dictadores ¿es culpa de los imperios de ultramar y del norte? La discriminación sigue sembrada en suelo americano como una mala yerba. Las injusticias, las violaciones de los derechos humanos siguen perpetrándose, ahora entre hermanos. Se sigue con el discurso de discriminación racial sin ningún fundamento científico. Una propuesta interesante para combatir la discriminación y la neo colonización, es el pensamiento Decolonial planteado por Aníbal Quijano y Walter Mignolo, y de esta manera revertir el proceso iniciado con la modernidad en América.  El siglo XXI vio a la luz  Proyecto Genoma Humano (1990-2003) liderizado por Francis Collins a través del cual se determinó la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN y se identificaron y cartografiaron aproximadamente de 20000 a 25000 genes del genoma humano desde el punto de vista funcional, que demostró que la humanidad toda tiene una misma genética. Al respecto, Ghershman (2006), expresa: “Toda diversidad que puebla la tierra ha tenido un origen común, que tiene una interpretación a través de la comprensión de la molécula del ADN, molécula de la vida” (p. s/n.). De modo lo que queda en el ambiente es el fantasma del prejuicio que es hijo de la ignorancia, y la carga despectiva de 500 años de discriminación en América. Nuestro futuro, a mi juicio no es nada alentador. Pero la vida tiene lo más fructífero que nos dio Dios, la esperanza, y esta es el caballo de lucha de los que creen en un mundo mejor.  

Recomendaciones

-Promover nuevas formas de expansión de los derechos civiles, políticos, económicos en la región.
-Valorar la diversidad y el pluralismo cultural.
-Promover la autonomía de los sectores menos favorecidos.
-Proponer foros, convenios y tratados internacionales, y en las constituciones de los países de la región un marco jurídico y político para poder avanzar hacia una América Latina  donde haya más justicia social y se respete la diversidad, sin discriminación alguna.
-Educar para la tolerancia.
-Promover el debate en las universidades en materia de derechos humanos y la cultura latinoamericana y caribeña.

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Colección y fotografía Manuel Bas Caracas, D. C., Venezuela.

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