HUGO DÍAZ, PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS
Hugo
Díaz A. en su puesto de quincalla en la calle Miquilén Estado Miranda.
Venezuela.
INTRODUCCIÓN
Hugo
Díaz A.
Paisajes y Naturalezas Muertas, es un estudio sobre este creador
mirandino en la que recojo su obra dibujística y su testimonio oral, su trabajo
pictórico expuesto aquí comprende dieciocho (18) paisajes y siete naturalezas muertas
elaborada hermosamente con líneas circulares entretejidas como una especie de
urdimbre cromática, con un alto valor constructivo y decorativo. Ambos temas
trabajados en pequeños formatos con tinta de bolígrafo o grafito, sobre cartón
o papel.
El
testimonio oral fue recogido gracias a la bondad del artista, en ceder su
tiempo para propiciar una serie de entrevistas que sirvieron para ofrecer en
este espacio parte de su vida tanto personal como artística. Naturalmente, éste vino a completarse con el
análisis de sus dibujos desde una óptica plástica, sin intención de agotar el
tema. Cabe destacar que los dibujos aquí recopilados representan una pequeña
muestra en relación a su producción realizada en poco más de una década desde
que ha estado activo como dibujante; en
la que ha logrado hacer según sus palabras más de un millar. Los dibujos aquí
mostrados de más vieja data es de 2005, según me confesó el artista. De modo que no conocemos lo que ha realizado
antes de la fecha arriba indicada, lo que pudiera representar un obstáculo para
el estudio de su obra. El título Hugo Díaz A. Paisajes y Naturalezas Muertas
responde más bien al tema representado, para lo cual me vi en la obligación de
clasificar su trabajo, no con la intención de hacer un estudio cronológico de
él, sino en virtud del cual, por no estar sus obras tituladas y fechadas.
Otro
aspecto que no quiero dejar pasar por alto, en este espacio, es que Hugo Díaz
A. no es conocido como artista aquí en Los Teques, sino como buhonero, sus
trabajos los ha hecho en el más completo anonimato, no ha participado en
ninguna exposición hasta ahora, ni sigue las técnicas ni la tendencia artística
dictada por la Academia. A
pesar que sus dibujos son elaborados en su puesto de trabajo frente a la vista
de todos, sobre todo de sus clientes. Espero que con esta indagación sobre la
obra del artista contribuir a valorar y divulgar el Arte Popular Venezolano.
EL ARTISTA
Pastor
Benito Díaz Álvarez, Hugo Díaz A. como firma sus dibujos y conocen sus amigos,
nació en el sector Las Lomitas, carretera vieja, Los Teques, Estado Miranda el
15 de abril de 1956. Es el sexto de ocho
hijos que nacieron de la unión matrimonial de Braulio Díaz Pérez y Rosario
Álvarez de Díaz. El nombre de Pastor le
viene por accidente, debido a que su madre le encomendó a su comadre, la
madrina del artista, que lo presentara en la prefectura con el nombre de Hugo,
pero ésta hizo caso omiso a tal petición y lo presentó con el nombre de Pastor,
pero sentimentalmente para la gente es Hugo Díaz.
Cursó
estudio de primera en las escuelas: ''Las Lomitas'' del primer al quinto grado;
el sexto, lo culminó en la
Rodríguez López , esta última ubicada al lado de la Policía de Miranda. Entre
los años 1970-1972 frecuenta el barrio Puerta Verde de Las Adjuntas, Distrito
Capital, donde conoce un grupo de pintores, de estos que pintan al aire libre,
algunos de ellos aprendieron a pintar mientras estuvieron en presidio, con los
cuales se motiva, comenzando así su actividad pictórica que ha mantenido hasta ahora.
A los 20
años de edad se residencia en el barrio Aguachina, adyacente al barrio Puerta
Verde, donde cursa estudio hasta primero año de bachillerato en el Liceo
''Claudio Feliciano''. En 1976 abandona los estudios y se dedica a la
''buhonería'', hasta el presente. Dos años después se casa con Juana Lucía
Torrealba Torres y se muda para Tejerías, estado Aragua, luego regresa a Santa
Eulalia de la región mirandina, donde tiene una estadía de dos años
respectivamente. Se traslada en 1991
a Palo alto, sector Los Eucaliptos de la misma entidad
federal donde vive hasta la fecha. Desde esta data, ubica su puesto de
quincalla en la esquina de la calle Miquilén con la Avenida Independencia ,
diagonal con la
Plaza Guaicaipuro , Los Teques. Díaz es un creador autodidacta
que ha desarrollado una técnica dibujística muy personal.
ENTRE LA ECONOMÍA INFORMAL Y EL ARTE
Hugo
Díaz desde que se incorporó en el sector laboral ha trabajado en la economía
informal. Ha estado en su puesto de quincalla de la calle Miquilén unos veinte
años. Seguramente es conocido como ''buhonero'', no como artista; a pesar de
tener unos treinta y cinco años pintando. Su obra no sigue los cánones que
dicta la academia, ni estilística ni técnicamente.
Su
trabajo en alguna medida lo alejó de la pintura, y sí pinta un cuadro lo hace
esporádicamente, esto se debe a que la larga jornada laboral que comienza desde
las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche no le deja lugar para estos
menesteres. Sin embargo, esta situación se revertió favorablemente para Díaz,
debido al que rato de ''ocio'' que tiene cuando el día está ''flojo'' se dedica
a dibujar en su puesto de trabajo, mientras espera la llegada de algún cliente.
Inegablemente que la circunstancia laboral contradictoriamente por un lado lo
alejó de la pintura; pero por otro lo acercó al dibujo. Díaz es un caso
atípico, pues casi todos los pintores comienzan por el dibujo para luego pasar
a la pintura, él comenzó por la pintura, posteriormente pasó al dibujo.
Sí bien
es cierto que la larga jornada de trabajo, como señalé antes, lo alejó de la
pintura, su situación laboral generó lo que Aristóteles llamó el ''Divino
Ocio'', es decir cierto tiempo libre, en la que el artista para “matar el
tiempo”, como pasatiempo, encontró en la creación artística, particularmente en
el dibujo, una forma de llenar el vacío que le producía estar sin hacer nada.
Claro está que esto le parece algo extraño a sus compañeros de jornada, en el
sentido que el único ''buhonero'' que se le ha ocurrido dibujar en su puesto de
venta, por lo menos en Los Teques, es a Hugo Díaz.
De tal
manera que su puesto de trabajo se transformó mágicamente, como en un cuento de
hadas, en su pequeño taller, que le ha permitido desarrollar su trabajo artístico
frente a la mirada indiferente de los transeúntes y clientes que lo
interrumpen, para solicitarle algunos de los productos que ofrece en venta.
Así ha
estado entregado al arte del dibujo, desde hace diez años, logrando hacer un
millar de cuadros, teniendo como temáticas: paisajes y naturalezas muertas,
todos trabajados en formatos pequeños con tinta de bolígrafos sobre cartón de
desecho, ha trabajado 1 ó 2 por día; sin mayor deseo que esa necesidad de
expresar sus sentimientos a través de la actividad artística, que sólo un
verdadero creador puede hacer, pues el no pinta para vender sus trabajos, no ha
vendido ninguno hasta ahora, muchos de ellos se los ha regalado a sus amigos.
De tal
manera cabe preguntarse, ¿qué ha impulsado a este trabajador de la economía
informal a la creación artística?, ¿Qué lo ha motivado a estar por largos diez
años dibujando sin parar? Indudablemente que su don creativo y la necesidad
expresiva que experimenta a través de su creación artística, con que se
identificó desde su juventud y que ha desarrollado de manera autodidacta, sin
ningún estímulo de las instituciones públicas, ni de algún promotor cultural.
De
manera que su actitud frente al arte es genuina, no está mediatizada o
condicionado por ninguna circunstancia, excepto a su convicción personal. Así,
pues ha estado Hugo Díaz entre la economía informal y el arte, cumpliendo a
cabalidad con esos dos mandatos que por razón vital, tanto material como espiritual,
le dicta su conciencia. Sino, no encontraríamos explicación sensata, como
nuestro creador y su obra ha soportado el embate del tiempo.
PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS.
La
temática que aborda Hugo Díaz son: el paisaje y la naturaleza muerta. Las obras
que ofrecemos en este estudio es una minúscula parte de lo que ha dibujado el
artista a lo largo de estos últimos diez años, cuando comenzó esta actividad.
Sólo están firmados, no indican ni la fecha ni el título. Probablemente los que
presentamos aquí datan como fecha más remota desde hace unos siete años.
Naturalmente algunos dibujados este año, que me tomé la atribución de colocarle
la fecha en la parte de atrás de la obra. Como el artista no le coloca titulo,
me llevé por la temática abordada y le coloqué el nombre ''Paisajes y
Naturalezas Muertas''.
Sin duda
alguna toda creación plástica de un artista popular o académico es una
abstracción, independientemente que parta de la realidad visible e invisible,
debido a que pasa por sus estados psíquicos, emotivos, subjetivos, entre otros.
Hay quienes pintan con el objeto frente a él, como lo hicieron los paisajistas
impresionistas franceses, quienes pintaban al aire libre, tomando el motivo pictórico
de la realidad que lo circunda. Los pintores realistas trataban de expresar el
tema pintado lo más exacto posible como se le presentaban antes sus ojos, es
decir, con objetividad. Los pintores expresionistas alemanes, le imprimieron a
sus cuadros elementos de carácter psicológico y sentimental. La pintura
abstracta plantea una nueva valoración cromática y constructiva de una realidad
que pertenece al mundo invisible.
Cualquiera
que se detuviera a ver detenidamente estos paisajes, seguramente pensaría, que
Díaz es un personaje de raigambre campesina o que vive en el campo, sin
embargo, nuestro artista es un citadino , siempre ha vivido en la Región
Capital, su puesto de quincalla donde dibuja está en plena urbe, en el centro
de Los Teques, estado Miranda, donde el tráfico automotor con su ruido
ensordecedor y el humo característico es inclemente; de manera que los paisajes
representados no tienen nada que ver con su entorno inmediato. Sus paisajes
campestres, bucólicos, pastoriles; con escenas donde aparecen gentes de campo
con su cabaña, con sus rebaños de ganado, sus perros; en algunos casos aparecen
paisajes de la costa y paisajes estrictamente naturales, sin la intervención de
la mano del hombre y su presencia, donde la naturaleza es la protagonista
En el
caso de la naturaleza muerta es un género intimista del que Marcos Castillo, el
último representante de una traición, en la que habían destacado Cristóbal
Rojas, Rivero Sanabria y Federico Brand, debido a su talento creador supo
generalizar y obtener soluciones que involucran la arquitectura, al espacio y
al hombre. El color en él reviste una cualidad subjetiva nueva en la pintura
venezolana, siguiendo el instinto plástico que proclama libertad, de un
espíritu constructivo, sensible, sensualmente decorativo, espontáneo que abrió
la posibilidad de un tratamiento distinto a esta temática basado en una
cualidad subjetiva del color.
A partir
de entonces, de acuerdo lo antes planteado, este tema se hizo tan popular, que
se ha seguido pintando. Este género representa un motivo que está presente de
manera decorativa en los hogares opulentos, en obras de arte de los maestros de
la pintura venezolana y en los hogares humildes a través de afiches,
litografías, oleografías, entre otros; Como adornos de mesa, de ramos florales.
Igual que Castillo, Hugo Díaz vive bajo el fuego de la pasión creativa,
trabajando la naturaleza muerta (motivo floral), de manera muy creativa, con
una técnica muy personal, haciendo uso elocuente del espacio, crea una obra de
gran calidad plástica, que en alguna medida está asociada al paisaje por su
procedencia naturalista.
El
tamaño del formato y la técnica empleada son dos categorías que están
estrechamente relacionadas, y obedece a un elemento estrictamente pragmático,
como una solución que ha encontrado Hugo Díaz para desarrollar su obra. Este
creador tiene en su lugar de trabajo (su puesto de quincalla), su pequeño
taller improvisado, en la que ratos libres, mientras espera un cliente se
dedica a dibujar de manera intermitente mientras es interrumpido por algún
cliente que le solicita algunos de los productos que ofrece. Esta circunstancia
y lo reducido del espacio le obliga a dibujar en cartones pequeños para
elaborar sus obras con mayor facilidad.
Por una
razón deliberada, Hugo Díaz uno de esos días malos, en la que el tiempo se hace
largo y pesado en su jornada de trabajo, tomó uno de los bolígrafos de su
quincalla y se puso a dibujar. Cabe destacar que este creador popular es un
autodidacta que no sigue las técnicas de creación impuesta del Renacimiento
como el óleo, la sanguina; ni tampoco los criterios impuestos por la Academia.
Su preocupación obedece a una necesidad vital y creativa por lo cual emplea en
su proceso creativo, sin ningún prejuicio, cualquier material que tenga a la
mano, como es el caso del bolígrafo de tinta y el grafito, cartones y papeles.
EL COLOR
Los
bolígrafos de tinta tienen una gama restringida en cuanto al color; los más
comunes para el uso normal, son el azul y el negro, lo que naturalmente obliga
a que sean los colores mayormente encontrados en el mercado y de mejor calidad
en cuanto el cubrimiento y tintura, y del uso para escribir. Los colores verde
y rojo son segundos en el orden en relación a su empleo y calidad de teñido.
Otros colores menos frecuentes y de menor calidad en cuanto el propósito
dibujístico son: amarillo, anaranjado y morado. Estos últimos colores, por la
razón antes apuntada, Hugo Díaz los emplea poco en sus dibujos.
Fundamentalmente emplea cuatro colores básicos: negro, azul, rojo y verde.
Partiendo desde estos cuatro colores empleando el principio del puntillismo y
su habilidad natural como artista ha logrado incrementar la tonalidad de los
colores. El azul, colocándolo al lado del negro logra aumentar su intensidad, o
disminuirla de acuerdo al color que utilice y así por el estilo. El rojo sí se
le coloca el negro, uno cerca del otro, dará la sensación de una tonalidad
marrón. Claro está, nuestro artista se ha hecho un maestro de esta técnica que
ha logrado desarrollar sin ningún estudio, sí no a través de la observación y
la experimentación a lo largo del tiempo. También se ha servido del color del
fondo o soporte para lograr buenos contrastes.
Otro
elemento caracterizador de los dibujos de Hugo Díaz es la economía de medios
que emplea. El artista utiliza cartones de desecho, muchos de ellos resultante
del desperdicio que genera su puesto de quincalla y la restricción en el uso
del color motivado por el hecho de que toma algún bolígrafo de su puesto de
trabajo, en algunos casos de color azul o el negro resultando hermosas
monocromías, en otras situaciones los junta con el negro resultando
interesantes contrastes, de tonalidad oscura que viene a dar con paisajes
nocturnos bicromáticos.
No
obstante, el color del soporte donde dibuja en alguna medida determina, en
algunos casos, la estructura cromática del cuadro. A los colores azul y negro,
en otros casos, le incorpora el rojo dando con una tricromía que el artista
sabiamente superpone haciendo vibrar y ampliando la posibilidad en cuanto a
tonalidades. Hugo Díaz, es un ejemplo fiel, de como un artista, con una gama
reducida de colores, puede desarrollar una obra de gran factura apoyada en la superposición
y contraste de los colores, la línea y con el empleo de la técnica puntillista.
ELEMENTOS CONSTRUCTIVOS DE LA OBRA
En
relación a este punto, hay que considerar varios aspectos: el tamaño del
soporte, que viene a constituir el plano donde desarrolla su obra, la
distribución espacial, la línea en su más variadas posiciones, las manchas
empleadas con menos frecuencias y el empleo del soporte o fondo como recurso
cromático.
Los
elementos que constituyen sus paisajes y sus naturales muertas cobran forma
fundamentalmente con las líneas hábilmente empleadas. Este elemento va a
determinar los objetos representados que van a tener como resultado las formas,
que sumadas o integradas todas sus partes dan con proporciones en términos
matemáticos y geométricos. Claro está el empleo de la línea la hace desde todos
los ángulos posibles de acuerdo a la naturaleza del dibujo; entretejidas como
una especie de urdimbre. También se apoya en puntos para lograr algunas formas
y contrastes y manchas como un recurso donde el paisaje no necesita el detalle
de algunos objetos, personas o animales, sino más bien su silueta producto de
la falta de luz o por la distancia. La manera como construye el follaje de las
plantas, con el empleo de los elementos que acabo de mencionar es excepcional
debido a su talento creativo y su sabia destreza con el bolígrafo para lograr
las formas apropiadas. Tanto las líneas, como los puntos, los contrastes con
los distintos colores (azul, rojo y negro) los emplea para obtener una nueva
valoración cromática y expresividad.
En
algunos casos, son cielos intervenidos con líneas tenuemente trazadas. Estos
recursos técnicos los destinan tanto para sus paisajes como en sus naturalezas
muertas; en ésta viene a fortalecer el aspecto intimista de su obra; y en aquel
viene a formar el cielo de sus paisajes; en estos casos la línea pasa a segundo
plano desde el punto de vista constructivo. Aunque la naturaleza muerta se ha
venido empleando para los que inician en la pintura y el dibujo porque presenta
la ventaja de una iluminación simple, constante, de fácil preparación, en la
que se representan animales muertos como faisanes, liebres, otros productos de
la caza o la pesca. Las flores y los frutos, no son propiamente objetos
muertos, pero se incluyen en esta denominación de naturaleza muerta, por el
sencillo hecho que no se mueven y siempre pueden ser expuestos a la luz conveniente para ser
copiado. Sin embargo existen naturalezas muertas de alto valor artístico como
las que pinto Vicent Van Gogh, o en Venezuela, Marcos Castillo, quienes le
dieron a este tema un alto contenido plástico. De igual manera se puede
apreciar las que ha dibujado Hugo Díaz A.
Otro aspecto
que no se puede pasar por alto relacionado en la obra de Díaz, referente a los
elementos constructivos de su obra: es la perspectiva. Para representar en el
soporte, de sólo dos dimensiones, un modelo que en la realidad tiene tres,
recurrimos a ésta; sobre todo, cuando hay que ordenar el espacio y estructurar
la profundidad.
Hay
varios tipos de perspectiva, la lineal la cual consiste en un sistema de
representación que sostiene el uso de líneas rectas convergentes para provocar
la sensación de profundidad, ésta se aplica para resolver problemas de espacios
y distancias, sobre todo cuando el modelo presenta afinidades geométricas. En
ella hay un proceso intuitivo, que se hace “a ojo” sin el auxilio de
instrumentos de medición. Hay otro tipo de perspectiva que la teoriza Leonardo
Da Vinci en sus tratados sobre la pintura, que no está fundamentada en la
línea, sino en tres aspectos: reducción de los cuerpos por la distancia, es
decir, se sustenta en la idea en la que cuando nos distanciamos de un objeto,
ilusoriamente se hace más pequeño por la lejanía. Este recurso de representar
un objeto relativamente más grande o más pequeño contribuye a crear la
sensación de profundidad. El otro recurso técnico es la disminución de los
colores que dan la sensación de lejanía y finalmente cuando disminuimos los
detalles de la figura da la sensación de distanciamiento debido a que cuando
vemos un objeto a lo lejos lo que vemos es su silueta. Claro está el pintor
emplea unos bolígrafos de colores: negro, azul, rojo y verde, pero su destreza
con ellos le ha permitido lograr tonalidades más claras empleando el bolígrafo
suavemente y más oscuro si lo frota en el cartón con más fuerza. También, para
contribuir con este efecto ha utilizado el color del soporte como fondo de la
obra para darle mayor profundidad a sus dibujos. Claro, aunque Díaz fundamenta
sus dibujos en líneas de diversas naturalezas y posiciones, su perspectiva no
puede considerarse lineal debido a que sus dibujos no están fundamentados en
líneas rectas, sino más bien en los tres recursos antes comentados señalados
por Da Vinci, en la que la valoración cromática el tamaño de los objetos y los
detalles de éstos, son de interés para la construcción de la perspectiva, que
en alguna medida puede ser considerada “perspectiva por pantalla”. Desde luego,
en este sentido la destreza de Hugo Díaz para lograr estos efectos es
excepcional.
Otro
punto de interés relacionado con la perspectiva es la línea del horizonte. Ésta
representa en la naturaleza la línea donde tierra y cielo parecen unirse. En
perspectiva, el horizonte es una línea imaginaria dibujada a lo largo del plano
pictórico a nivel de los ojos del espectador cuando efectúan cualquier dibujo o
pintura el artista parte de la posición de dicha línea, esta variará de acuerdo
con el punto de vista desde el cual le interese representar la realidad.
El punto
de vista desde que el pintor le interesa representar la realidad, viene dado
por el lugar desde el cual el artista puede construir y diseñar la perspectiva
de lo que está viendo. Cuando el punto de vista es normal, el pintor se
encuentra ubicado sobre el plano de la tierra y la línea del horizonte se haya
a la altura de su mirada. Si el punto de vista es alto, el artista se coloca
por encima de la altura normal, por lo cual sube la línea del horizonte, por
ello se visualiza mayor extensión del plano de la tierra. Cuando el punto de
vista es bajo, el artista se encuentra por debajo de su altura normal, por lo
que la línea de su horizonte se visualiza y se representa mayor extensión del
cielo.
Si
relacionamos lo antes argumentando con la obra de Hugo Díaz, cabe señalar que
el artista maneja en su trabajo la perspectiva. Se ha pensado erróneamente que
los artistas populares no manejan este recurso, desde luego, esta es una
apreciación estrecha carente de fundamento. En mi experiencia personal de más
de veinte años coleccionando arte popular, he tenido la oportunidad de conocer
de cerca la producción que se ha hecho en este género. Una cosa es que hay
cultores populares que no emplean la perspectiva antes comentada y otra cosa es
que todos los artistas no se sirvan de ella para su creación. He visto obras
planas, de colores planos, sin perspectiva; pero hay que valorar esto desde
otra apreciación estética distinta a la renacentista. La pintura surrealista
trajo a las artes plásticas el mundo de lo onírico, esto naturalmente no
representa la realidad tal como es, sino más bien como la vemos en sueños, con
la libertad que nos da la imaginación, con una carga de carácter simbólico. Por
ejemplo, si pintamos una “Santa Cena” y Cristo y los Doce Apóstoles están
ubicados a una misma distancia en el mismo plano; pero el redentor aparece en
mayor tamaño, simbólicamente se pudiera entender que está pintado así porque es
sinónimo de grandeza.
En
relación al manejo de la perspectiva en el arte popular voy a señalar varios
ejemplos, que puedan aclarar este punto. Armando Rafael Andrade, pintor de
paisajes de pueblos del Oriente de Venezuela, el mejor paisajista popular de
Anzoátegui, pintó paisajes con una visión planimétrica excepcional,
fundamentado en la línea. En cambio Cirilo Mendoza y Josefa Sulbarán se
sirvieron de la valoración cromática, es decir, del claroscuro para construir
su perspectiva. Sus paisajes hoy por hoy son paradigmáticos en la pintura
venezolana.
El caso
de Hugo Díaz, su perspectiva no se sustenta en una perspectiva lineal, aunque emplea
la línea para realizar los dibujos, sino mas bien los recursos efectista que
logra con los contrastes del claroscuro, la posición relativa de los objetos en
el plano y la mancha, aunque en menor escala que la línea para siluetar los
objetos o personas, sin más detalles, dando la sensación de lejanía, tanto en
este caso, como en la representación de los cuerpos basado en la reducción de
su tamaño por efecto de la distancia.
Además
de este comentario, es conveniente señalar en relación a su obra, lo referente
a la línea del horizonte. Toda su obra no está pintada viendo la realidad
frente a frente, sino que la pinta desde el recuerdo. En su obra hay una
nostalgia de Los Teques y sus alrededores cuando predominaba la ruralidad. Sin
embargo, si se pinta o no frente a la realidad, siempre el criterio de la línea
del horizonte va a estar presente, porque es una ley de la perspectiva. En su
caso toda su obra está dibujada a la altura de su mirada.
En este
punto cabe plantear lo referente al punto de fuga en su obra. Los puntos de
fuga conceptualmente hablando, se colocan en la línea de horizonte, donde
confluyen todas las líneas de los objetos que se desean representar en el plano
para determinar su tridimensionalidad. Existen tanto en la pintura como en el
dibujo tres puntos de fuga diferentes: la paralela caracterizada por un solo
punto de fuga, donde su línea del horizonte es horizontal. La angular con dos
puntos y la aérea con tres puntos de fuga respectivamente.
Hugo
Díaz emplea la perspectiva paralela, y a pesar de ser la línea el elemento
constructivo fundamental, no está dentro del dibujo lineal, sino del sólido,
donde se trabaja con el volumen, las sombras y las luces; es decir, no está
fundamentado en un diseño a escala como en un plano arquitectónico de una
ciudad, no tiene una estructura geometrizante por la naturaleza de sus
paisajes.
Para
finalizar este punto, referiré que en algunas de sus naturalezas muertas están
emparentadas con el divisionismo o puntillismo francés, técnica esta que
consiste en la ordenación de los colores por medio de puntos de color
yuxtapuestos; esta manera exige rigor y precisión en el trabajo. Estos dibujos
son saturadamente decorativos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
En estos últimos tiempos, la manera
de hacer y mirar el arte ha cambiado sustancialmente. Los cánones establecidos
han sido rotos, y, en muchos casos la crítica ortodoxa, no se ha dado cuenta o
no se ha querido dar cuenta. Es una regla en la vida humana y, naturalmente en
las artes visuales, que todo evoluciona, todo cambia, como dijo en una
oportunidad el filósofo griego Heráclito.
En algunos casos, se ha querido
hacer ver que la aparición de los artistas autodidactas, o los artistas
populares, o mejor decir, por iniciativa propia, es reciente. Pero si miramos
al pasado humano nos daremos cuenta, que primero estuvieron los artistas y
después vinieron las Academias de Arte esto lo evidenciamos con las pinturas
rupestres de bisontes de las cuevas de Altamira, España, los murales en las
cámaras funerarias egipcias, en los petroglifos de nuestra prehistoria
venezolana.
Estos artistas han existido siempre.
Claro está las academias han sido responsables de la divulgación, de la
enseñanza y de la masificación de las artes. Eso creo yo que es su gran mérito.
Si el género humano hubiera esperado a las Universidades para su desarrollo, ya
no estuviera en este mundo; pero paradójicamente ellas han sido necesarias y
vital para el desarrollo espiritual y material de los pueblos.
Con la aparición de las academias,
las universidades que forman artistas plásticos, no significa que todo el arte
que circula se hagan en ellas; lo que ha pasado es que se ha dividido
absurdamente, de diferenciar peyorativamente el arte en: académico o culto, y
otro autodidacta, como si este último no lo hace el hombre, antropológicamente
es cultura. Esto es la dicotomía como si para ejercer la política en las
sociedades hay que estudiar Ciencias Políticas. Se estudia en las
Universidades, desde luego; pero la expresión política humana desborda la
sociedad, las supera, por que se extiende a todo su quehacer, así es también en
el arte, eso lo vieron los indígenas de la Época Precolombina, de la cultura
paracas, Perú en el diseño de los mantos funerarios, o los artífices del arte
Yoruba en África.
Naturalmente también la forma de
solucionar los problemas de materiales y su estética está por encima de la que
se enseña en la Universidades. Definitivamente el género humano está por encima
de cualquier concepto o Institución. El arte es una de las formas más libres de
expresión humana.
LOCALIZACION. Puesto de Quincalla, calle Miquilén con
avenida Independencia, diagonal a la Plaza Guaicaipuro, frente al Banco de
Venezuela, Municipio Guaicaipuro, Los Teques, Estado Miranda, Venezuela.
Hugo Díaz . Naturaleza Muerta s.f. Grafito-cartón.
Hugo Díaz A, Paisaje,s.f Bolígrafo - cartón.
Hugo Díaz A. N aturaleza Muerta ,2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta 2011, Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta,2005 Grafito- cartón
Colección del Artista.
Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta,2005 Grafito-cartón Colección
del Artista.
Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta,2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje s.f. Bolígrafo- cartón Colección del
Artista.
Hugo Díaz A. Paisaje,2011 Bolígrafo- papel.
Hugo Díaz A. Paisaje,2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje,2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo- cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f- Bolígrafo -cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f Bolígrafo- cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f Bolígrafo- cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f.
Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje,s.f. Bolígrafo- cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje,s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A.Naturaleza Muerta, 2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo-Papel.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo-Papel.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo-cartón.
Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.
HUGO DIAZ A. PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS
TEXTO:
Manuel Bas. Profesor Agregado, Universidad Simón
Rodríguez
CURADURÍA:
Manuel Bas.
ASISTENCIA
TÉCNICA Y FOTOGRAFÍA:
T.S.U Mayrim Gómez
Eduardo Palmera.
DISEÑO Y
MONTAJE ELÉCTRÓNICO:
Licda. Rocío Palmera
LAS
OBRAS QUE NO TIENEN REFERENCIA DE PROPIEDAD, PERTENECEN A LA COLECCIÓN DE
MANUEL BAS, CARACAS, DISTRITO CAPITAL, VENEZUELA
LOS TEQUES, ESTADO MIRANDA, VENEZUELA, MAYO
DE 2012
Excelente esta publicación, de verdad fascinante e interesante la vida de este dibujante, será mi referencia para mis trabajos de dibujo de la universidad. Muchísimas gracias por compartir esa experiencia :D
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