lunes, 30 de abril de 2012

HUGO DÍAZ, PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS


HUGO DÍAZ, PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS

Hugo Díaz A. en su puesto de quincalla en la calle Miquilén Estado Miranda. Venezuela.



INTRODUCCIÓN

Hugo Díaz  A.  Paisajes y Naturalezas Muertas, es un estudio sobre este creador mirandino en la que recojo su obra dibujística y su testimonio oral, su trabajo pictórico expuesto aquí comprende dieciocho (18) paisajes y siete naturalezas muertas elaborada hermosamente con líneas circulares entretejidas como una especie de urdimbre cromática, con un alto valor constructivo y decorativo. Ambos temas trabajados en pequeños formatos con tinta de bolígrafo o grafito, sobre cartón o papel. 
El testimonio oral fue recogido gracias a la bondad del artista, en ceder su tiempo para propiciar una serie de entrevistas que sirvieron para ofrecer en este espacio parte de su vida tanto personal como artística.  Naturalmente, éste vino a completarse con el análisis de sus dibujos desde una óptica plástica, sin intención de agotar el tema. Cabe destacar que los dibujos aquí recopilados representan una pequeña muestra en relación a su producción realizada en poco más de una década desde que ha estado activo como dibujante;  en la que ha logrado hacer según sus palabras más de un millar. Los dibujos aquí mostrados de más vieja data es de 2005, según me confesó el artista.  De modo que no conocemos lo que ha realizado antes de la fecha arriba indicada, lo que pudiera representar un obstáculo para el estudio de su obra. El título Hugo Díaz A. Paisajes y Naturalezas Muertas responde más bien al tema representado, para lo cual me vi en la obligación de clasificar su trabajo, no con la intención de hacer un estudio cronológico de él, sino en virtud del cual, por no estar sus obras tituladas y fechadas.  
Otro aspecto que no quiero dejar pasar por alto, en este espacio, es que Hugo Díaz A. no es conocido como artista aquí en Los Teques, sino como buhonero, sus trabajos los ha hecho en el más completo anonimato, no ha participado en ninguna exposición hasta ahora, ni sigue las técnicas ni la tendencia artística dictada por la Academia. A pesar que sus dibujos son elaborados en su puesto de trabajo frente a la vista de todos, sobre todo de sus clientes. Espero que con esta indagación sobre la obra del artista contribuir a valorar y divulgar el Arte Popular Venezolano.


EL ARTISTA

Pastor Benito Díaz Álvarez, Hugo Díaz A. como firma sus dibujos y conocen sus amigos, nació en el sector Las Lomitas, carretera vieja, Los Teques, Estado Miranda el 15 de abril de 1956.  Es el sexto de ocho hijos que nacieron de la unión matrimonial de Braulio Díaz Pérez y Rosario Álvarez de Díaz.  El nombre de Pastor le viene por accidente, debido a que su madre le encomendó a su comadre, la madrina del artista, que lo presentara en la prefectura con el nombre de Hugo, pero ésta hizo caso omiso a tal petición y lo presentó con el nombre de Pastor, pero sentimentalmente para la gente es Hugo Díaz.
Cursó estudio de primera en las escuelas: ''Las Lomitas'' del primer al quinto grado; el sexto, lo culminó en la Rodríguez López, esta última ubicada al lado de la Policía de Miranda. Entre los años 1970-1972 frecuenta el barrio Puerta Verde de Las Adjuntas, Distrito Capital, donde conoce un grupo de pintores, de estos que pintan al aire libre, algunos de ellos aprendieron a pintar mientras estuvieron en presidio, con los cuales se motiva, comenzando así su actividad pictórica que ha mantenido hasta ahora.
A los 20 años de edad se residencia en el barrio Aguachina, adyacente al barrio Puerta Verde, donde cursa estudio hasta primero año de bachillerato en el Liceo ''Claudio Feliciano''. En 1976 abandona los estudios y se dedica a la ''buhonería'', hasta el presente. Dos años después se casa con Juana Lucía Torrealba Torres y se muda para Tejerías, estado Aragua, luego regresa a Santa Eulalia de la región mirandina, donde tiene una estadía de dos años respectivamente. Se traslada en 1991 a Palo alto, sector Los Eucaliptos de la misma entidad federal donde vive hasta la fecha. Desde esta data, ubica su puesto de quincalla en la esquina de la calle Miquilén con la Avenida Independencia, diagonal con la Plaza Guaicaipuro, Los Teques. Díaz es un creador autodidacta que ha desarrollado una técnica dibujística muy personal.


ENTRE LA ECONOMÍA INFORMAL Y EL ARTE

Hugo Díaz desde que se incorporó en el sector laboral ha trabajado en la economía informal. Ha estado en su puesto de quincalla de la calle Miquilén unos veinte años. Seguramente es conocido como ''buhonero'', no como artista; a pesar de tener unos treinta y cinco años pintando. Su obra no sigue los cánones que dicta la academia, ni estilística ni técnicamente.
Su trabajo en alguna medida lo alejó de la pintura, y sí pinta un cuadro lo hace esporádicamente, esto se debe a que la larga jornada laboral que comienza desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche no le deja lugar para estos menesteres. Sin embargo, esta situación se revertió favorablemente para Díaz, debido al que rato de ''ocio'' que tiene cuando el día está ''flojo'' se dedica a dibujar en su puesto de trabajo, mientras espera la llegada de algún cliente. Inegablemente que la circunstancia laboral contradictoriamente por un lado lo alejó de la pintura; pero por otro lo acercó al dibujo. Díaz es un caso atípico, pues casi todos los pintores comienzan por el dibujo para luego pasar a la pintura, él comenzó por la pintura, posteriormente pasó al dibujo.
Sí bien es cierto que la larga jornada de trabajo, como señalé antes, lo alejó de la pintura, su situación laboral generó lo que Aristóteles llamó el ''Divino Ocio'', es decir cierto tiempo libre, en la que el artista para “matar el tiempo”, como pasatiempo, encontró en la creación artística, particularmente en el dibujo, una forma de llenar el vacío que le producía estar sin hacer nada. Claro está que esto le parece algo extraño a sus compañeros de jornada, en el sentido que el único ''buhonero'' que se le ha ocurrido dibujar en su puesto de venta, por lo menos en Los Teques, es a Hugo Díaz.
De tal manera que su puesto de trabajo se transformó mágicamente, como en un cuento de hadas, en su pequeño taller, que le ha permitido desarrollar su trabajo artístico frente a la mirada indiferente de los transeúntes y clientes que lo interrumpen, para solicitarle algunos de los productos que ofrece en venta.
Así ha estado entregado al arte del dibujo, desde hace diez años, logrando hacer un millar de cuadros, teniendo como temáticas: paisajes y naturalezas muertas, todos trabajados en formatos pequeños con tinta de bolígrafos sobre cartón de desecho, ha trabajado 1 ó 2 por día; sin mayor deseo que esa necesidad de expresar sus sentimientos a través de la actividad artística, que sólo un verdadero creador puede hacer, pues el no pinta para vender sus trabajos, no ha vendido ninguno hasta ahora, muchos de ellos se los ha regalado a sus amigos.
De tal manera cabe preguntarse, ¿qué ha impulsado a este trabajador de la economía informal a la creación artística?, ¿Qué lo ha motivado a estar por largos diez años dibujando sin parar? Indudablemente que su don creativo y la necesidad expresiva que experimenta a través de su creación artística, con que se identificó desde su juventud y que ha desarrollado de manera autodidacta, sin ningún estímulo de las instituciones públicas, ni de algún promotor cultural.
De manera que su actitud frente al arte es genuina, no está mediatizada o condicionado por ninguna circunstancia, excepto a su convicción personal. Así, pues ha estado Hugo Díaz entre la economía informal y el arte, cumpliendo a cabalidad con esos dos mandatos que por razón vital, tanto material como espiritual, le dicta su conciencia. Sino, no encontraríamos explicación sensata, como nuestro creador y su obra ha soportado el embate del tiempo.


PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS.

La temática que aborda Hugo Díaz son: el paisaje y la naturaleza muerta. Las obras que ofrecemos en este estudio es una minúscula parte de lo que ha dibujado el artista a lo largo de estos últimos diez años, cuando comenzó esta actividad. Sólo están firmados, no indican ni la fecha ni el título. Probablemente los que presentamos aquí datan como fecha más remota desde hace unos siete años. Naturalmente algunos dibujados este año, que me tomé la atribución de colocarle la fecha en la parte de atrás de la obra. Como el artista no le coloca titulo, me llevé por la temática abordada y le coloqué el nombre ''Paisajes y Naturalezas Muertas''.
Sin duda alguna toda creación plástica de un artista popular o académico es una abstracción, independientemente que parta de la realidad visible e invisible, debido a que pasa por sus estados psíquicos, emotivos, subjetivos, entre otros. Hay quienes pintan con el objeto frente a él, como lo hicieron los paisajistas impresionistas franceses, quienes pintaban al aire libre, tomando el motivo pictórico de la realidad que lo circunda. Los pintores realistas trataban de expresar el tema pintado lo más exacto posible como se le presentaban antes sus ojos, es decir, con objetividad. Los pintores expresionistas alemanes, le imprimieron a sus cuadros elementos de carácter psicológico y sentimental. La pintura abstracta plantea una nueva valoración cromática y constructiva de una realidad que pertenece al mundo invisible.
Cualquiera que se detuviera a ver detenidamente estos paisajes, seguramente pensaría, que Díaz es un personaje de raigambre campesina o que vive en el campo, sin embargo, nuestro artista es un citadino , siempre ha vivido en la Región Capital, su puesto de quincalla donde dibuja está en plena urbe, en el centro de Los Teques, estado Miranda, donde el tráfico automotor con su ruido ensordecedor y el humo característico es inclemente; de manera que los paisajes representados no tienen nada que ver con su entorno inmediato. Sus paisajes campestres, bucólicos, pastoriles; con escenas donde aparecen gentes de campo con su cabaña, con sus rebaños de ganado, sus perros; en algunos casos aparecen paisajes de la costa y paisajes estrictamente naturales, sin la intervención de la mano del hombre y su presencia, donde la naturaleza es la protagonista
En el caso de la naturaleza muerta es un género intimista del que Marcos Castillo, el último representante de una traición, en la que habían destacado Cristóbal Rojas, Rivero Sanabria y Federico Brand, debido a su talento creador supo generalizar y obtener soluciones que involucran la arquitectura, al espacio y al hombre. El color en él reviste una cualidad subjetiva nueva en la pintura venezolana, siguiendo el instinto plástico que proclama libertad, de un espíritu constructivo, sensible, sensualmente decorativo, espontáneo que abrió la posibilidad de un tratamiento distinto a esta temática basado en una cualidad subjetiva del color.
A partir de entonces, de acuerdo lo antes planteado, este tema se hizo tan popular, que se ha seguido pintando. Este género representa un motivo que está presente de manera decorativa en los hogares opulentos, en obras de arte de los maestros de la pintura venezolana y en los hogares humildes a través de afiches, litografías, oleografías, entre otros; Como adornos de mesa, de ramos florales. Igual que Castillo, Hugo Díaz vive bajo el fuego de la pasión creativa, trabajando la naturaleza muerta (motivo floral), de manera muy creativa, con una técnica muy personal, haciendo uso elocuente del espacio, crea una obra de gran calidad plástica, que en alguna medida está asociada al paisaje por su procedencia naturalista.
El tamaño del formato y la técnica empleada son dos categorías que están estrechamente relacionadas, y obedece a un elemento estrictamente pragmático, como una solución que ha encontrado Hugo Díaz para desarrollar su obra. Este creador tiene en su lugar de trabajo (su puesto de quincalla), su pequeño taller improvisado, en la que ratos libres, mientras espera un cliente se dedica a dibujar de manera intermitente mientras es interrumpido por algún cliente que le solicita algunos de los productos que ofrece. Esta circunstancia y lo reducido del espacio le obliga a dibujar en cartones pequeños para elaborar sus obras con mayor facilidad.
Por una razón deliberada, Hugo Díaz uno de esos días malos, en la que el tiempo se hace largo y pesado en su jornada de trabajo, tomó uno de los bolígrafos de su quincalla y se puso a dibujar. Cabe destacar que este creador popular es un autodidacta que no sigue las técnicas de creación impuesta del Renacimiento como el óleo, la sanguina; ni tampoco los criterios impuestos por la Academia. Su preocupación obedece a una necesidad vital y creativa por lo cual emplea en su proceso creativo, sin ningún prejuicio, cualquier material que tenga a la mano, como es el caso del bolígrafo de tinta y el grafito, cartones y papeles.


EL COLOR

Los bolígrafos de tinta tienen una gama restringida en cuanto al color; los más comunes para el uso normal, son el azul y el negro, lo que naturalmente obliga a que sean los colores mayormente encontrados en el mercado y de mejor calidad en cuanto el cubrimiento y tintura, y del uso para escribir. Los colores verde y rojo son segundos en el orden en relación a su empleo y calidad de teñido. Otros colores menos frecuentes y de menor calidad en cuanto el propósito dibujístico son: amarillo, anaranjado y morado. Estos últimos colores, por la razón antes apuntada, Hugo Díaz los emplea poco en sus dibujos. Fundamentalmente emplea cuatro colores básicos: negro, azul, rojo y verde. Partiendo desde estos cuatro colores empleando el principio del puntillismo y su habilidad natural como artista ha logrado incrementar la tonalidad de los colores. El azul, colocándolo al lado del negro logra aumentar su intensidad, o disminuirla de acuerdo al color que utilice y así por el estilo. El rojo sí se le coloca el negro, uno cerca del otro, dará la sensación de una tonalidad marrón. Claro está, nuestro artista se ha hecho un maestro de esta técnica que ha logrado desarrollar sin ningún estudio, sí no a través de la observación y la experimentación a lo largo del tiempo. También se ha servido del color del fondo o soporte para lograr buenos contrastes.
Otro elemento caracterizador de los dibujos de Hugo Díaz es la economía de medios que emplea. El artista utiliza cartones de desecho, muchos de ellos resultante del desperdicio que genera su puesto de quincalla y la restricción en el uso del color motivado por el hecho de que toma algún bolígrafo de su puesto de trabajo, en algunos casos de color azul o el negro resultando hermosas monocromías, en otras situaciones los junta con el negro resultando interesantes contrastes, de tonalidad oscura que viene a dar con paisajes nocturnos bicromáticos.
No obstante, el color del soporte donde dibuja en alguna medida determina, en algunos casos, la estructura cromática del cuadro. A los colores azul y negro, en otros casos, le incorpora el rojo dando con una tricromía que el artista sabiamente superpone haciendo vibrar y ampliando la posibilidad en cuanto a tonalidades. Hugo Díaz, es un ejemplo fiel, de como un artista, con una gama reducida de colores, puede desarrollar una obra de gran factura apoyada en la superposición y contraste de los colores, la línea y con el empleo de la técnica puntillista.


ELEMENTOS CONSTRUCTIVOS DE LA OBRA

En relación a este punto, hay que considerar varios aspectos: el tamaño del soporte, que viene a constituir el plano donde desarrolla su obra, la distribución espacial, la línea en su más variadas posiciones, las manchas empleadas con menos frecuencias y el empleo del soporte o fondo como recurso cromático.
Los elementos que constituyen sus paisajes y sus naturales muertas cobran forma fundamentalmente con las líneas hábilmente empleadas. Este elemento va a determinar los objetos representados que van a tener como resultado las formas, que sumadas o integradas todas sus partes dan con proporciones en términos matemáticos y geométricos. Claro está el empleo de la línea la hace desde todos los ángulos posibles de acuerdo a la naturaleza del dibujo; entretejidas como una especie de urdimbre. También se apoya en puntos para lograr algunas formas y contrastes y manchas como un recurso donde el paisaje no necesita el detalle de algunos objetos, personas o animales, sino más bien su silueta producto de la falta de luz o por la distancia. La manera como construye el follaje de las plantas, con el empleo de los elementos que acabo de mencionar es excepcional debido a su talento creativo y su sabia destreza con el bolígrafo para lograr las formas apropiadas. Tanto las líneas, como los puntos, los contrastes con los distintos colores (azul, rojo y negro) los emplea para obtener una nueva valoración cromática y expresividad.
En algunos casos, son cielos intervenidos con líneas tenuemente trazadas. Estos recursos técnicos los destinan tanto para sus paisajes como en sus naturalezas muertas; en ésta viene a fortalecer el aspecto intimista de su obra; y en aquel viene a formar el cielo de sus paisajes; en estos casos la línea pasa a segundo plano desde el punto de vista constructivo. Aunque la naturaleza muerta se ha venido empleando para los que inician en la pintura y el dibujo porque presenta la ventaja de una iluminación simple, constante, de fácil preparación, en la que se representan animales muertos como faisanes, liebres, otros productos de la caza o la pesca. Las flores y los frutos, no son propiamente objetos muertos, pero se incluyen en esta denominación de naturaleza muerta, por el sencillo hecho que no se mueven y siempre pueden ser  expuestos a la luz conveniente para ser copiado. Sin embargo existen naturalezas muertas de alto valor artístico como las que pinto Vicent Van Gogh, o en Venezuela, Marcos Castillo, quienes le dieron a este tema un alto contenido plástico. De igual manera se puede apreciar las que ha dibujado Hugo Díaz A.
Otro aspecto que no se puede pasar por alto relacionado en la obra de Díaz, referente a los elementos constructivos de su obra: es la perspectiva. Para representar en el soporte, de sólo dos dimensiones, un modelo que en la realidad tiene tres, recurrimos a ésta; sobre todo, cuando hay que ordenar el espacio y estructurar la profundidad.
Hay varios tipos de perspectiva, la lineal la cual consiste en un sistema de representación que sostiene el uso de líneas rectas convergentes para provocar la sensación de profundidad, ésta se aplica para resolver problemas de espacios y distancias, sobre todo cuando el modelo presenta afinidades geométricas. En ella hay un proceso intuitivo, que se hace “a ojo” sin el auxilio de instrumentos de medición. Hay otro tipo de perspectiva que la teoriza Leonardo Da Vinci en sus tratados sobre la pintura, que no está fundamentada en la línea, sino en tres aspectos: reducción de los cuerpos por la distancia, es decir, se sustenta en la idea en la que cuando nos distanciamos de un objeto, ilusoriamente se hace más pequeño por la lejanía. Este recurso de representar un objeto relativamente más grande o más pequeño contribuye a crear la sensación de profundidad. El otro recurso técnico es la disminución de los colores que dan la sensación de lejanía y finalmente cuando disminuimos los detalles de la figura da la sensación de distanciamiento debido a que cuando vemos un objeto a lo lejos lo que vemos es su silueta. Claro está el pintor emplea unos bolígrafos de colores: negro, azul, rojo y verde, pero su destreza con ellos le ha permitido lograr tonalidades más claras empleando el bolígrafo suavemente y más oscuro si lo frota en el cartón con más fuerza. También, para contribuir con este efecto ha utilizado el color del soporte como fondo de la obra para darle mayor profundidad a sus dibujos. Claro, aunque Díaz fundamenta sus dibujos en líneas de diversas naturalezas y posiciones, su perspectiva no puede considerarse lineal debido a que sus dibujos no están fundamentados en líneas rectas, sino más bien en los tres recursos antes comentados señalados por Da Vinci, en la que la valoración cromática el tamaño de los objetos y los detalles de éstos, son de interés para la construcción de la perspectiva, que en alguna medida puede ser considerada “perspectiva por pantalla”. Desde luego, en este sentido la destreza de Hugo Díaz para lograr estos efectos es excepcional.
Otro punto de interés relacionado con la perspectiva es la línea del horizonte. Ésta representa en la naturaleza la línea donde tierra y cielo parecen unirse. En perspectiva, el horizonte es una línea imaginaria dibujada a lo largo del plano pictórico a nivel de los ojos del espectador cuando efectúan cualquier dibujo o pintura el artista parte de la posición de dicha línea, esta variará de acuerdo con el punto de vista desde el cual le interese representar la realidad.
El punto de vista desde que el pintor le interesa representar la realidad, viene dado por el lugar desde el cual el artista puede construir y diseñar la perspectiva de lo que está viendo. Cuando el punto de vista es normal, el pintor se encuentra ubicado sobre el plano de la tierra y la línea del horizonte se haya a la altura de su mirada. Si el punto de vista es alto, el artista se coloca por encima de la altura normal, por lo cual sube la línea del horizonte, por ello se visualiza mayor extensión del plano de la tierra. Cuando el punto de vista es bajo, el artista se encuentra por debajo de su altura normal, por lo que la línea de su horizonte se visualiza y se representa mayor extensión del cielo.
Si relacionamos lo antes argumentando con la obra de Hugo Díaz, cabe señalar que el artista maneja en su trabajo la perspectiva. Se ha pensado erróneamente que los artistas populares no manejan este recurso, desde luego, esta es una apreciación estrecha carente de fundamento. En mi experiencia personal de más de veinte años coleccionando arte popular, he tenido la oportunidad de conocer de cerca la producción que se ha hecho en este género. Una cosa es que hay cultores populares que no emplean la perspectiva antes comentada y otra cosa es que todos los artistas no se sirvan de ella para su creación. He visto obras planas, de colores planos, sin perspectiva; pero hay que valorar esto desde otra apreciación estética distinta a la renacentista. La pintura surrealista trajo a las artes plásticas el mundo de lo onírico, esto naturalmente no representa la realidad tal como es, sino más bien como la vemos en sueños, con la libertad que nos da la imaginación, con una carga de carácter simbólico. Por ejemplo, si pintamos una “Santa Cena” y Cristo y los Doce Apóstoles están ubicados a una misma distancia en el mismo plano; pero el redentor aparece en mayor tamaño, simbólicamente se pudiera entender que está pintado así porque es sinónimo de grandeza.
En relación al manejo de la perspectiva en el arte popular voy a señalar varios ejemplos, que puedan aclarar este punto. Armando Rafael Andrade, pintor de paisajes de pueblos del Oriente de Venezuela, el mejor paisajista popular de Anzoátegui, pintó paisajes con una visión planimétrica excepcional, fundamentado en la línea. En cambio Cirilo Mendoza y Josefa Sulbarán se sirvieron de la valoración cromática, es decir, del claroscuro para construir su perspectiva. Sus paisajes hoy por hoy son paradigmáticos en la pintura venezolana.
El caso de Hugo Díaz, su perspectiva no se sustenta en una perspectiva lineal, aunque emplea la línea para realizar los dibujos, sino mas bien los recursos efectista que logra con los contrastes del claroscuro, la posición relativa de los objetos en el plano y la mancha, aunque en menor escala que la línea para siluetar los objetos o personas, sin más detalles, dando la sensación de lejanía, tanto en este caso, como en la representación de los cuerpos basado en la reducción de su tamaño por efecto de la distancia.
Además de este comentario, es conveniente señalar en relación a su obra, lo referente a la línea del horizonte. Toda su obra no está pintada viendo la realidad frente a frente, sino que la pinta desde el recuerdo. En su obra hay una nostalgia de Los Teques y sus alrededores cuando predominaba la ruralidad. Sin embargo, si se pinta o no frente a la realidad, siempre el criterio de la línea del horizonte va a estar presente, porque es una ley de la perspectiva. En su caso toda su obra está dibujada a la altura de su mirada.
En este punto cabe plantear lo referente al punto de fuga en su obra. Los puntos de fuga conceptualmente hablando, se colocan en la línea de horizonte, donde confluyen todas las líneas de los objetos que se desean representar en el plano para determinar su tridimensionalidad. Existen tanto en la pintura como en el dibujo tres puntos de fuga diferentes: la paralela caracterizada por un solo punto de fuga, donde su línea del horizonte es horizontal. La angular con dos puntos y la aérea con tres puntos de fuga respectivamente.
Hugo Díaz emplea la perspectiva paralela, y a pesar de ser la línea el elemento constructivo fundamental, no está dentro del dibujo lineal, sino del sólido, donde se trabaja con el volumen, las sombras y las luces; es decir, no está fundamentado en un diseño a escala como en un plano arquitectónico de una ciudad, no tiene una estructura geometrizante por la naturaleza de sus paisajes.
Para finalizar este punto, referiré que en algunas de sus naturalezas muertas están emparentadas con el divisionismo o puntillismo francés, técnica esta que consiste en la ordenación de los colores por medio de puntos de color yuxtapuestos; esta manera exige rigor y precisión en el trabajo. Estos dibujos son saturadamente decorativos.


ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
            En estos últimos tiempos, la manera de hacer y mirar el arte ha cambiado sustancialmente. Los cánones establecidos han sido rotos, y, en muchos casos la crítica ortodoxa, no se ha dado cuenta o no se ha querido dar cuenta. Es una regla en la vida humana y, naturalmente en las artes visuales, que todo evoluciona, todo cambia, como dijo en una oportunidad el filósofo griego Heráclito.
            En algunos casos, se ha querido hacer ver que la aparición de los artistas autodidactas, o los artistas populares, o mejor decir, por iniciativa propia, es reciente. Pero si miramos al pasado humano nos daremos cuenta, que primero estuvieron los artistas y después vinieron las Academias de Arte esto lo evidenciamos con las pinturas rupestres de bisontes de las cuevas de Altamira, España, los murales en las cámaras funerarias egipcias, en los petroglifos de nuestra prehistoria venezolana.
            Estos artistas han existido siempre. Claro está las academias han sido responsables de la divulgación, de la enseñanza y de la masificación de las artes. Eso creo yo que es su gran mérito. Si el género humano hubiera esperado a las Universidades para su desarrollo, ya no estuviera en este mundo; pero paradójicamente ellas han sido necesarias y vital para el desarrollo espiritual y material de los pueblos.
            Con la aparición de las academias, las universidades que forman artistas plásticos, no significa que todo el arte que circula se hagan en ellas; lo que ha pasado es que se ha dividido absurdamente, de diferenciar peyorativamente el arte en: académico o culto, y otro autodidacta, como si este último no lo hace el hombre, antropológicamente es cultura. Esto es la dicotomía como si para ejercer la política en las sociedades hay que estudiar Ciencias Políticas. Se estudia en las Universidades, desde luego; pero la expresión política humana desborda la sociedad, las supera, por que se extiende a todo su quehacer, así es también en el arte, eso lo vieron los indígenas de la Época Precolombina, de la cultura paracas, Perú en el diseño de los mantos funerarios, o los artífices del arte Yoruba en África.
            Naturalmente también la forma de solucionar los problemas de materiales y su estética está por encima de la que se enseña en la Universidades. Definitivamente el género humano está por encima de cualquier concepto o Institución. El arte es una de las formas más libres de expresión humana.

LOCALIZACION. Puesto de Quincalla, calle Miquilén con avenida Independencia, diagonal a la Plaza Guaicaipuro, frente al Banco de Venezuela, Municipio Guaicaipuro, Los Teques, Estado Miranda, Venezuela.

  Hugo Díaz . Naturaleza Muerta s.f. Grafito-cartón.

Hugo Díaz A, Paisaje,s.f Bolígrafo - cartón.

Hugo Díaz A. N aturaleza Muerta ,2011 Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta 2011, Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta,2005 Grafito- cartón Colección del Artista.

Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta,2005 Grafito-cartón Colección del Artista.

Hugo Díaz A. Naturaleza Muerta,2011 Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje s.f. Bolígrafo- cartón Colección del Artista.

Hugo Díaz A. Paisaje,2011 Bolígrafo- papel.

Hugo Díaz A. Paisaje,2011 Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje,2011 Bolígrafo-cartón. 

Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo- cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f- Bolígrafo -cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f Bolígrafo- cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f Bolígrafo- cartón. 

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f.  Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje,s.f. Bolígrafo- cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje,s.f. Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A.Naturaleza Muerta, 2011 Bolígrafo-cartón.


Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo-Papel. 

 Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón. 

Hugo Díaz A. Paisaje, 2011 Bolígrafo-cartón. 

Hugo Díaz A. Paisaje, s.f. Bolígrafo-cartón.


HUGO DIAZ A. PAISAJES Y NATURALEZAS MUERTAS

TEXTO:
Manuel Bas. Profesor Agregado, Universidad Simón Rodríguez
CURADURÍA:
Manuel Bas.
ASISTENCIA TÉCNICA Y FOTOGRAFÍA:
T.S.U Mayrim Gómez
Eduardo Palmera.
DISEÑO Y MONTAJE ELÉCTRÓNICO:
Licda. Rocío Palmera


LAS OBRAS QUE NO TIENEN REFERENCIA DE PROPIEDAD, PERTENECEN A LA COLECCIÓN DE MANUEL BAS, CARACAS, DISTRITO CAPITAL, VENEZUELA


LOS TEQUES, ESTADO MIRANDA, VENEZUELA, MAYO DE 2012

1 comentario:

  1. Excelente esta publicación, de verdad fascinante e interesante la vida de este dibujante, será mi referencia para mis trabajos de dibujo de la universidad. Muchísimas gracias por compartir esa experiencia :D

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