El Mundo Onírico de Yovanina Tineo
En 1924, en París, Francia, André Bretón, da a conocer el “Manifesté Du
Surrealismo”, que se caracterizó por ser un documento que propone un movimiento
en las artes inspirado en los planteamientos del psicoanálisis de Sigmund Freud
relacionado con: el sueño, la fantasía, el inconsciente y lo irracional.
Particularmente en las artes visuales, va a poner a la vista de todos, el
pensamiento oculto y prohibido, y que será fuente de inspiración el erotismo,
el sexo y lo onírico; tratado de manera impúdico. De esta manera el artista va
a encontrar un nuevo camino de inspiración para la creación, en el que
encontrará mayor libertad expresiva y que tuvo en Salvador Dalí su mayor
representante.
A partir de entonces, el sueño va a ocupar un espacio de importancia en
las artes plásticas, en la que se va a representar escenas relacionadas con la
actividad onírica. Aunque Yovanina Tineo, artista autodidacta, no se proclame
como seguidora del surrealismo, y quizá no conozca su fundamento ideológico,
sin proponérselo, en alguna medida toma de él, el mundo de los sueños como
materia prima para la elaboración de sus pinturas. Claro está, hay que
diferenciar que, tanto los surrealista como Tineo si bien guardan cierta
relación en el sentido del tema del que parten, no deja de ser cierto que lo
que los diferencia es el propósito. La artista emplea el sueño como una
premonición onírista, como lo hacían las pitonisas griegas del oráculo del
Templo de Delfos; la artista emplea sus pinturas para revelar el adivinajo.
Esta tendencia oneirista, da como resultado escenas de figuras fantasmales,
espectrales como las que vemos mientras dormimos. Los surrealista no les
importaba predecir los sueños, esto definitivamente los diferencia.
Como sus sueños, son como una especie de presagio que la artista plasma
en sus cuadros como si estuviera haciendo oniromancia; su temática abordada va
estar determinada por lo que ella ve en sueños, lo que en alguna medida define
su estilo y lo que ella va a pintar. Por ello, no nos extrañe que sus temas sean
muy variados, por que definitivamente está condicionado por su “mundo onírico”.
Esto es lo que en definitiva es lo que traza su línea divisoria o de
demarcación entre los surrealista y Tineo, debido a que aquellos usan la
pintura como representación de lo que ven en los sueños y ella como un presagio
de algo va a suceder.
Esta ocurrencia relacionada con los sueños y con la vocación de pintora,
le viene desde niña allá en su pueblo natal, Santa Fe, estado Sucre, Venezuela.
En este pueblo agro pesquero, comenzó a pintar desde 1975, impulsada por el deseo
creativo, sin tener ningún maestro por lo cual no logra cristalizar seriamente
este interés. Este pueblito de estrechez económica, motivó en su aspiración
humana emigrar a otro lugar, no sin el consejo de su abuela materna, y es así
como en 1985 se traslada a Barcelona, capital de Anzoátegui. Ya en esta ciudad
para su manutención trabaja en casas de familia como domestica, de niñera,
cuidando enfermos; así transcurre el tiempo hasta 1987, en que conoce al Artista
Plástico Manuel Alcalá, propietario de la “Marquetería Barcelona”, que para ese
entonces, estaba ubicada en la calle Bolívar de la ciudad antes mencionada.
Las afinidades entre ambos con las artes plásticas, va a hacer que
estrechen una amistad. En 1989 pasa a trabajar en el negocio de Alcalá; este
guía sus primeros pasos en la pintura, convirtiéndose en su maestro y mentor.
Comienza a pintar paisajes, temas folclórico, en papel, luego pasa a las telas
en formatos pequeños, en la que ya asomaba elementos simbólicos y míticos
subyacentes. Yovanina Tineo desde esta época, ya anunciaba una obra muy
personal, muy poco influenciada por Alcalá, debido a su personalidad autónoma,
a pesar también, de que han hecho vida conyugal, de la que han nacido tres
hijos: Pamela Baronesa y Paul, su trabajo es totalmente diferente.
En 1990, alentado por su consejero artístico participa en dos
exposiciones: Primera Colectiva de Pintores Orientales, Colegio “República de
Colombia”, estado Sucre y Primer Concurso de Arte Popular, Hotel Cristina
Suite, Puerto La Cruz. Estos dos salones le abrieron el camino en las artes. En
el 2004 participó en el prestigioso Salón de Pintura Ateneo de Carúpano,
Carúpano, estado Sucre, con la obra “Canto Natural”, un paisaje animado con
elementos de fauna y flora, con figuras espectrales; influencia con elementos
dibujísticos, que innegablemente soñó, y que la crítica por sus características la circunscribió
dentro de la tendencia del “neo paisajismo”. Debo dejar claro aquí, aunque es
cierto que esta obra pudiera ser considerada de esta manera, no todo su trabajo
está enfocado en este asunto. Como dije anteriormente, el sueño es el elemento
determinante de los cuadros que va a pintar, es así que su pintura, en cuanto a
tendencia va a tener como norte su “mundo onírico”.
Estos paisajes y su obra en general, además de la influencia de su mundo
inconsciente, va a tener también, en cuanto a forma, esquematización, elementos
fortuitos, que la artista como en estado de trance desarrolla, como es el caso
en la que para limpiar sus pinceles acostumbra a hacerlo en la tela que está
pintando, resultando formas inusitadas o inusual de arraigo característico, con
que logra esas extrañas veladuras que se observan en sus cuadros,
particularmente en sus paisajes.
Si uno se detuviera a ver con atención sus obras, pareciera que la
estuviéramos mirándolas en sueños, o con el desdoblamiento característico de
cuando vemos las cosas de la realidad mientras soñamos, como si el tiempo y
espacio no existieran, como si habitamos en cuarta dimensión. Claro está,
además del elemento onírico, su estado de ánimo definitivamente condiciona su
pintura.
Estos últimos la han llevado, a encauzar su pintura en una serie de
trabajos como un autorretrato de Manuel Alcalá en la que aparece sentado entre
vegetación con unas aves que lo rodean, como es representado San Francisco de
Asís. Elefantes, un caballo, bodegones, todo esto visto en sueños. Estos trabajos,
y otros que ha pintado han quedado guardados para ver si presagian algún
acontecimiento futuro. Estos cuadros pertenecen a estos últimos dos años,
trabajados en telas de gran formato, nunca antes había pintado lienzos grandes.
Pareciera que sus sueños le están indicando o exigiendo un plano pictórico
distinto. No nos asombremos, por esto, y por la temática, su pintura es
impredecible. Por esta razón su trabajo nos es algo complaciente, ni ella pinta
para complacer a nadie, su inspiración está por encima de todo ello.
Naturalmente sus cuadros tienen un hado enigmático, fáciles de entender en
apariencia, como los temas folclóricos, sin embargo, detrás de estas pinturas
están presentes elementos hieráticos, herméticos, cuyo código o hermenéutica
solo Yovanina Tineo puede descifrar. De modo que su pintura tiene ese otro lado
oscuro de enigma. Los objetos que ella ha pintado o intervenido, como baúles,
floreros, adornos de cocina, marcos para espejos, al igual que sus pinturas siguen
el mismo patrón cifrado como el de la cábala hebrea. Definitivamente sus
pinturas son sueños, episodios de nuestras vidas.
Quizá su trabajo no haya tenido el reconocimiento que merece, pero más
allá de los prejuicios que pudiera tener el sector cultural de Barcelona
respecto de su trabajo, está allí una obra realizada con el más absoluto empeño
creativo, muy personal que han hecho de los sueños, no precisamente lo que
hicieron los surrealista, sino más bien lo que las pitonisas del Templo de
Delfos en Grecia en la antigüedad, servir para resolver las adivinajas de la vida humana como lo hizo
Edipo en la obra de Esquilo. Yovanina Tineo supo encausar inquietudes que tenia
arraigadas desde su niñez, el don del presagio a través de los sueños y la
pintura, que ella ha fusionado para crear su mundo onírico mediante lo
pictórico.
San José de Río Chico, estado Miranda,
Venezuela,
4 de marzo del 2012
Manuel Bas. Profesor Agregado,
Universidad
Simón Rodríguez
Palabras de Agradecimiento. Quiero expresar mi gratitud a mi amigo
Lic. Manuel Alcalá por el material fotográfico aportado para la realización de
este trabajo.
Yovanina Tineo, Amanecer Venezolano. Acrílico-tela 100x80 cm.
Colección de la artista, Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Aves en el Jardín, 2010. Acrílico-tela 60x90 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Baúl Intervenido, 2009- Pintura al frío-madera 40x17x30 cm.
Colección Manuel Bas.
Yovanina Tineo, Canto Natural, 2004, Acrílico-tela 100x130 cm.
Colección Manuel Bas.
Yovanina Tineo, Encuentro de Niños, 2007. Acrílico-tela 50x60 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Insectos en campaña, 2007. Acrílico-tela 60x60 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, La Feria, 2004. Acrílico-tela 40x50 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Los Elefantes, 2010. Acrílico-tela 100x130 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Marco de espejo intervenido 2011- Pintura al frío-madera 40x30 cm.
Colección Manuel Bas.
Yovanina Tineo, Naturaleza en un Esplendor, 2007. Acrílico-tela 100x130 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Sueños y Personajes, 2007. Acrílico-tela 90x60 cm.
Colección de la artista. Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.
Yovanina Tineo, Fotografía cortesía Lic. Manuel Alcalá.-
Localización Zona Industrial Los Montones, Barcelona, Municipio Bolívar, Estado Anzoátegui.
Teléfono 0281-909-11-48--0416-982-93-70--0281-988-60-02
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