sábado, 22 de octubre de 2016

LITERATURA LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA






REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS
SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO EN CULTURA Y ARTE PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Seminario: Literatura Latinoamericana y Caribeña
Profesora: Dra. Audy Castañeda
Participante: Manuel Bas
Caracas, 19 de septiembre de 2016


Dos Visiones de la Literatura Caribeña Jamaica Kincaid y Edwidge Danticat


     Siempre que se aborde una obra literaria, y de manera muy particular, la del Caribe, rico en historia, es conveniente ubicarse en el contexto histórico en fue escrita la novela y sus implicaciones. La novela caribeña está influenciada por la historia tanto oral como escrita, de lo que Derek Walcott denomina “herencia remota”. En toda la literatura caribeña se encuentran tres elementos fundamentales que están siempre presentes de manera recurrentes: el mar, las plantaciones de caña de azúcar y la mano de obra esclava traída de África, o de sus descendientes nacidos en suelo americano con el estigma de las cadenas y el grillete. Herederos de los traumas, sufrimientos y de la vida trágica de sus antepasados.

     Ahora bien, de estos tres elementos se desencadenan un abanico de posibilidades de hacer ficción literaria, incluyendo además la reelaboración de textos escritos, inspirado en la literatura de América Latina y el Caribe, Europa, África y los Estados Unidos. Incorporando en ellos la oralidad venida de la gente del común, que el escritor contrasta, combina a través de la intertextualidad. El escritor caribeño aprovecha la diversidad cultural y lingüística de la región, que se debe en gran parte porque en el Caribe estaba la puerta de entrada a América, el puerto de La Habana, Cuba, que era considerado la “Llave de América”, además de ser una región ideal para el cultivo de la caña de azúcar originaria de la India Oriental, lo que contribuyó a incrementar la mano de obra esclava en la región, que no tuvo homólogo en otro lugar en las Indias Occidentales. El Caribe fue una suerte de “Mediterráneo americano”.

     Por este mar interno circulaban los barcos negreros, piratas y bucaneros, fue teatro de la guerra del oro entre las potencias europeas, las intrigas y toda suerte de abuso que era normal para los hombres de aquellos tiempos. El negro esclavo africano y su descendiente en suelo americano fue el denominador común en recibir todos estos atropellos. Por ello el Caribe era más bien una especie de factoría comercial, no había interés de parte del conquistador en la posesión física del territorio. El mar, como en ninguna otra parte de América  ocupa un lugar preponderante, incluso en la literatura caribeña, es un personaje, se le humaniza.

     Al igual que al mar, la ciudad es la gran heroína trágica, se convierte en un personaje femenino que parece ausentarse en rostros viriles y antropomorfos; que en muchos casos pasa a ser una especie de “Alter Ego” del escritor que le sirve de “Yo” para auto-biografiar. Es escenario de influencias intercontinentales, con unas referencias culturales sin igual, que plasmado en la literatura no tiene su par en ninguna parte del mundo. Todo este conjunto de circunstancias, perfila un modelo literario en la que el viaje, el destino, la nostalgia, la muerte, la emigración y la inmigración son temas abordados por el escritor.

     De todas estas circunstancias que he venido señalando, se han dado cuenta dos mujeres excepcionales en el campo de la literatura caribeña: Edwidge Danticat y Jamaica Kincaid; quienes, si algo tienen en común, es hacer ficción de algo tan escabroso, trágico como la muerte. No creamos que olvidando un tema  tan difícil como este, por las connotaciones psicológicas que implica, se resuelve el problema de la existencia humana, porque ésta, es el reverso de la vida. Estas autoras, han encontrado en este tema una manera de novelar, porque han visto en él, a diferencia de la mayor parte de la gente, que cuando se muere, no siempre pasamos al olvido, sino al contrario, en algunos casos se tiene más renombre muerto que vivo, como son muchos casos de personajes, que estuvieron silenciados en vida y la muerte los trajo de vuelta de manera permanente a la sociedad.

     De Jamaica Kincaid (2009) refiero una de las obras más fundamentales de la literatura caribeña de los últimos tiempos: “Autobiografía de mi Madre”; de Edwidge Danticat: “Cosecha de Huesos” y otros cuentos, aunque brevemente, obras con las cuales abordaré los puntos de vistas de ambas autoras. El título “Biografía de mi Madre”, es naturalmente una metáfora; pero  si lo entendemos de manera literal, parece un contrasentido, escribir una autobiografía de otro, si no hurgamos en el propósito de la escritora, que ha visto de cerca las injusticias que vivió su madre. En esta novela, la autora narra de manera autobiográfica no desde el yo, sino desde el “Él”, para relatar un acontecimiento ajeno como propio, del que se apropia, por la cercanía del parentesco madre-hija, en la que su madre es la protagonista, a través de ella.

     El relato parte  del episodio de la muerte de su madre, que marca la vida de la novelista, que la transfiere a Yudela, su madre, la protagonista, que el fondo, es una manera de hacer autobiografía no en primera persona, sino sustituyendo el yo por un personaje con carácter autobiográfico, para expresar lo que vivió la madre de Kincaid Jamaica. Por ello, no nos extrañe la manera obsesiva con que penetra en la relación madre-hija en la novela, como recurso para denunciar las injusticias e inequidades que vive la gente de color relacionado con la discriminación racial, que ha sido un estigma en el Caribe. (Stecher, 2010).

    No olvidemos que a la muerte de su madre, el padre se la entrega a la señora que le lavaba la ropa para que se ocupara de ella, lo que se traduce en abandono. La vida que narra es la de Yudela (su madre) a partir de cual se organiza el relato, con un discurso crítico que abarca los campos social y político. Sobre este punto, Mihovilovich (2007) señala que la narrativa de Jamaica Kincaid hurga en los espacios interiores, en la esencialidad de sus conflictos. De esta manera examina los traumas y heridas profundas, la razón del ser, lo interno con la agudeza de un psicólogo y de manera reflexiva nos da una visión del sentimiento trágico padecido por la imposición política, el mecanismo de dominación individual y colectiva durante generaciones. La autora explora la historia humana del hombre caribeño y las posibilidades desde la perspectiva nacimiento, desarrollo, de sus descubrimientos y conquistas, sus sufrimientos, a veces ineludibles por las circunstancias que le ha tocado vivir.

     Al igual que la obra de Jamaica Kincaid, Gloria Stolk, Maryse Condé, el trabajo de Edwidge Danticat pone de relieve las injusticias, el drama ignominioso de la esclavitud negra del Caribe, el racismo exacerbado, el estigma de una cultura donde la mujer africana esclavizada son personajes de críticas, pasando a ser unas especies de heroínas teniendo como telón de fondo los contraste de la muerte y el amor; muchas veces el amor frustrado que lleva a la resignación y a la soledad.

      En las obras Cosecha de Huesos y ¡Cric! ¡Crac! de Edwidge Danticat, la muerte es el personaje principal a lo largo del relato, que escoge apariencias absurdas y paradójicas ¿acaso el racismo, las injusticias en estos tiempos no lo son? Muchos de estos hechos ignominiosos la escritora los recoge del relato oral, son anécdotas, pretextos para hurgar en el pasado de su país (Haití), caracterizado por la tragedia, las discriminaciones de todo género y la injusticia. Para Danticat contar historias es un compromiso, un arte. Como vemos en ¡Cric! ¡Crac! mostrar las injusticias de modo sublimizadas a través de la ficción, más allá de los recursos literarios de la escritora.

     Sus personajes mediadores que transitan  los rasgos de la tradición haitiana, sus tabúes, sus desgracias, las discriminaciones de las mujeres de su país. Por ejemplo, en su cuento “Hijo del Mar” relata la huida de 36 personas de los acosos de los guardias secretos de la dictadura de Duvalier (presidente de Haití) quien gobernó a este país hasta 1986, la gente en cuestión, huyen en una lancha la cual está a punto de naufragar, en el desespero de los viajeros, una mujer lanza a una niña al mar y luego se lanza ella. En esta historia la muerte es una anécdota extraña, que sólo puede ser comprendida, si se conoce el calvario que vivieron los haitianos en la época de la dictadura, donde la vida de la gente, por los abusos políticos cometidos por sus gobernantes, es la muerte misma.

     En otra obra, “Relato” (1937) una anciana es condenada a cadena perpetua por tener alas de fuego, luego de estar en la cárcel es asesinada a golpes.  Este relato tan absurdo —no como trama literaria— sino como razón de ser sólo puede ser comprendido si lo contextualizamos con la historia haitiana de tiempos de Duvalier. Por ello Danticat traza en sus cuentos un juego dual muerte-vida, porque la muerte según la escritora, a pesar del dolor, es reposo y descanso. Sobre la autora, refiere Montes (2001), en el cuento “Un Mero Fuego” el relato transcurre a la manera absurda de Kafka, un hombre que quiere volar escapa en un globo para estrellarse minutos después en el pavimento, un guardia se acerca a cerrarle los ojos y la esposa de la víctima se lo impide.
     En la obra Cosecha de Huesos, un trabajo más cercano a la novela, profundiza la cosmovisión que había esbozado en ¡Cric! ¡Crac!. Es una historia que se sitúa en 1937, año en que ocurrió la masacre procurada por Leonidas Trujillo, dictador de República Dominicana, plagadas de injusticias contra el pueblo haitiano. Es una obra cargada de realismo dramático y fuerza significativa en la que la autora profundiza en la interioridad de los personajes, refiere las historias vividas por las familias haitianas que nunca conocieron la muerte de sus hijos desaparecidos o asesinados por el régimen de Trujillo, por pertenecer a otro país en la misma isla, hablar otro idioma y ser de otra raza.

     En esta obra, entre otras cosas, narra el reencuentro de sus personajes principales Anabelle y Sebastián, Éste, su compañero, su amor, su vida, no evita que su existencia se debata entre la incertidumbre y el dolor descarnado por sus recuerdos que los instalan en el pasado, un pasado tan absurdo, tan inicuo, en la que sus personajes reciben del régimen dictatorial toda suerte de vejaciones, de asesinatos… Este relato es propicio para que la autora, a través de su personaje Anabelle intercale sus propias reflexiones para  denunciar las desgracias vividas por la gente haitiana. Al final del relato, la protagonista ya vieja se reconcilia con sus fantasmas para recordarles a los suyos con nostalgia, su pasado vivido y darle algún sentido a los días que le quedan.

     La literatura comentada de estas autoras desnuda la crueldad de como han sido tratados los esclavos negros en el Caribe, lo trágico, y unas vidas que pendulan entre la muerte y la vida; y el amor es como un consuelo dentro de tantas injusticia, porque el amor es principio de vida, y el antídoto para tantas ignominias, que naturalmente transforma la literatura de estas dos insignes escritoras caribeñas, quizá sin proponérselo, en activistas por la lucha de los derechos civiles de la gente negra del Caribe, porque sus creaciones tienen un alto contenido político, social y cultual.

Referencias

—Danticat, Edwidge. (1999). Cosecha de Huesos.(Marcelo Cohen, Trad.) [The Forming of Bones]. Bogotá, Colombia: Editorial Norma. (Trabajo original publicado en 1999).

—Kincaid, Jamaica. (1996). Autobiografía de mi Madre. [The Autobiography of my Mother]. (Alejandro Pérez Viza, Trad.). México: Editorial Txalaparta. 8Trabajo original publicado en 1995).

—Mihovilovich, Juan. (2007). Autobiografía de mi Madre. [Proyecto Patrimonio]. Disponible: www.letras.s5.com. [Consulta: 2016, Mayo 15].

—Montes, Mónica. (2001, Octubre). Reseña de Cosecha de Huesos de Edwidge Danticat. Pensamiento y Cultura. no. 4 (pp. 239-241). Cundinamarca, Colombia: Universidad de La Sabana. [Revista en línea]. Disponible: http://www.redalyc.org/pdf/701/70100422.pdf. [Consulta: 2016, Mayo 25].


—Stecher, Lucía. (2019, Marzo 5).  Jamaica Kincaid: Autobiografía de mi Madre. Santiago de Chile: Letras en Línea, Departamento de Literatura U A H. [Documento en línea]. Disponible: www.letrasenlinea.cl/?=573 [Consulta: 2016, Mayo 10]. *

*Ponencia presentada en el Foro-Conversatorio: “Una Mirada Pedagógica y Crítica a la Literatura: Latinoamérica y el Caribe, en el Instituto Pedagógico de Caracas, en los cursos de los doctorados: “Doctorado en Pedagogía del Discurso” (Proyecto de Investigación II) y Doctorado en Cultura y Arte para América Latina y el Caribe (Seminario de Literatura Latinoamericana y el Caribe), en Caracas, el 19 de septiembre de 2016.



27 comentarios:

  1. Muy interesante su disertación, que creo merece ser presentada en congresos tales como el Encuentro Nacional de Docentes e Investigadores de la Linguística/Literatura (ENDIL). Enhorabuena.

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